Los saduceos eran, en tiempos de Cristo, algo así como un partido político que negaba la resurrección y la vida después de la muerte. Algo de moda también hoy en día. ¡Cuántas personas, incluidos no pocos cristianos, niegan que el hombre tenga espíritu y que haya algo después de la muerte! El Señor les aclara que "Dios no es Dios de muertos, sino de vivos; porque para Él todos están vivos".
En la primera lectura de este domingo, del segundo libro de los Macabeos, se narra el martirio de aquellos siete hermanos que murieron antes que trasgredir la Ley de Dios.