Escribe el Párroco: "Vade post me, Satana".

Os acordáis de la pregunta que Jesús hizo a los apóstoles en el Domingo pasado?. Contesto Pedro en nombre de todos: “Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo”. Jesús confirma esa verdad, revelada por el Padre, pero que no podían decir a nadie que El era el Cristo.

Sin embargo la idea que tenían del Cristo, del Mesías, era una idea muy de aquí abajo; por fin el Mesías nos liberará de todo poder extranjero y se iniciara una etapa de triunfos y de gloria.

Escribe el Párroco: "Las llaves de San Pedro".

Jesús tenía, en su entorno, y algunos muy cercanos a Él, hombres más influyentes, quizás más inteligentes, quizás mejores... que Pedro, desde el punto de vista humano.

Sin embargo, el Señor se fijó en Simón, el hermano de Andrés, aquel que, junto con Juan, fueron los primeros en descubrir a Jesús, y en estar en la intimidad con El.

Escribe el Párroco: "¡Que mujer, la cananea!"

El Evangelio suele narrar con cierta frecuencia que Jesús se alejaba de las poblaciones judías, allí donde se suponía que no lo conocían, para descansar y al mismo tiempo formar a sus discípulos. Esta vez se va a la región de Tiro y Sidón.

Son poblaciones de cananeos de cultura griega, pagana.

Escribe el Párroco: "Sálvame que perezco"

Como nos gustaría ver un espectáculo donde el mago camina sobre las aguas. Pero a Jesús no le interesa el espectáculo, ni la admiración sensible, ni la ilusión óptica, siempre irreal. Le interesa nuestra salvación, nuestra santidad.


Lo primero que nos enseña Jesús en esta escena del evangelio es la necesidad de la oración, si queremos empeñarnos en el reto de la Santidad y de la Salvación.

Escribe el Párroco: "Dadles vosotros de comer"

Los evangelios retratan con frecuencia a Jesús acogiendo a to-dos, predicando el Reino de Dios con paciencia y curando a los enfermos. En esta ocasión - el milagro de la multiplicación de los panes y los peces - el Señor se preocupará también de sus necesidades materiales. Como explica el Papa Francisco, “su compasión no es un vago sentimiento; (...) Jesús nos ama mucho, y quiere estar con nosotros. Según llega la tarde, Jesús se preocupa de dar de comer a todas aquellas personas, cansadas y hambrientas y cuida de cuantos le siguen”.

Escribe el Párroco: "El gorrión no miente, ¿y el hombre?"

Jesús nos habla del fundamento de la verdadera libertad. Es una característica de la persona bien formada. “En efecto, bien se puede decir que un indicador de la calidad de la formación de una persona es precisamente su capacidad de integrar los distintos sucesos y cambios por los que atraviesa a lo largo del tiempo en los principios que ha asumido como determinantes de su propia existencia”. (Jesús Diéguez, en Formar personas libres, pg. 9, 2019).

Escribe el Párroco: "Fora demo"

Es una frase que oí, muchas veces, a nuestros mayores, mientras hacían la señal de la cruz, es decir: “Santiguándose

Santiguarse” es hacer una cruz, que va desde la cabeza al pecho y del hombro izquierdo al derecho,  invocando a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y del Espíritu Santo. El misterio de la Cruz nos revela el Misterio de la Trinidad beatísima. Invocarle con frecuencia es lo que pretende esta costumbre antiquísima de los cristianos, santiguándonos.

Escribe el Párroco: "¡Amigos míos! ¡Abrimos!"

¡Siiiii, abrimos las puerta de nuestras casas, las puertas del comercio, terrazas, playas, parques etc., y también las puertas de las Iglesias!

¿Ya has vuelto a la Iglesia de tu parroquia?. Tu parroquia ha preparado convenientemente los templos cumpliendo las normas establecidas, y mas, para que todos nos sintamos cómodos y protegidos. Si hacemos caso a los que nos digan a la entrada de cada templo veréis que vivís la santa misa con mucho fervor y con mucha seguridad.

Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"