Juan Pablo II, un santo de la A a la Z (JMJ).

Son muchas las anécdotas de Juan Pablo II que reflejan  y hacen palpable que era una persona santa, de principio a fin, de la A a la Z. Su motor de vida fue la oración y su devoción a la Virgen. Así él mismo decía: “tratan de entenderme por fuera; pero sólo se me puede entender por dentro”. 

La reciente publicación del libro Por qué es santo, escrito por el postulador de la causa de canonización, ofrece múltiples facetas de su carácter. Aquí hemos recogido algunas de las anécdotas publicadas en este y otros libros, que iremos publicando cada día.

El anuncio de la próxima beatificación del creador de las Jornadas Mundiales, el 1 de mayo, ha sido causa de alegría en muchas personas. Ojalá mirar hacia Juan Pablo II ayude a todos los jóvenes del mundo a preparar el camino hacia la Jornada Mundial de Madrid.

A   Amigo de sus amigos
El afecto que sentía por sus amigos y compañeros de juventud permanecía vivo en él a pesar de los años transcurridos. Se reunía con ellos a comer, organizaba excursiones, les escribía y en más de una ocasión, cuando ya era Papa, restableció relaciones con personas que hacía mucho tiempo que había perdido de vista. 
Eso fue lo que sucedió, por ejemplo, con el ingeniero judío Jerzy Kluger, un amigo de la infancia de la época de Wadowice, con el que Wojtyla había dejado de estar en contacto a raíz de los trágicos sucesos de la Segunda Guerra Mundial y de la deportación de los judíos a los campos de concentración nazis. Tras ser elegido Pontífice, los dos amigos se volvieron a ver con asiduidad, tanto en el Vaticano como en Castel Gandolfo, hasta la muerte de Juan Pablo II.

B   Buen humor en la juventud y en la vejez  
En una ocasión a una persona muy allegada al Papa,  le preguntaron qué era lo que más le  impresionaba de Juan Pablo II, a lo que respondió que su buen humor: “a simple vista podría parecer que estar de buen humor forma parte de la peculiaridad de la persona. Pero a mí me parece que es una constante en la vida de los santos. A los 80 años, mantener el mismo buen humor que cuando se es joven…no puede proceder más que de alguien que saca su optimismo de la convicción de saberse creado por Dios”

Como consecuencia de los años, Juan Pablo II se vio obligado a utilizar un bastón para caminar. No tardó mucho en aceptar también con serenidad este nuevo estado, tal como lo demostró haciéndolo girar como si fuese un juguete ante millones de jóvenes durante la vigilia de la JMJ de Manila (1995). No faltaban momentos en que intentaba quitar hierro al asunto recurriendo a su habitual ironía. En 1998, en uno de sus discursos dijo: “Me gustaría preguntaros: ¿Por qué lleva bastón el Papa?... Pensaba que me contestaréis: ¡Porque es viejo! En cambio habéis dado la respuesta justa: ¡Porque es ‘pastor’! El Pastor lleva un bastón para apoyarse y también para mantener en orden a su rebaño”.

Es muy emocionante ver a Juan Pablo II reír. Un joven universitario se atrevió a actuar como payaso ante el Papa haciendole reír a carcajadas. Puedes verle en: www.alegriadelpapa.net. 

C   Confianza en el sacramento de la Confesión
Todos los viernes santos Juan Pablo II iba a confesar a la basílica de San Pedro. A continuación una anécdota que manifiesta la confianza de Juan Pablo II en el sacramento de la confesión.

Un sacerdote de Nueva York se disponía a rezar en una de las parroquias de Roma cuando, al entrar, se encontró con un mendigo. Después de observarlo durante un momento, el se dio cuenta de que conocía a aquel hombre. Era un compañero del seminario, ordenado sacerdote el mismo día que él. El cura, tras identificarse y saludarle, escuchó de labios del mendigo cómo había perdido su fe y su vocación. Quedó profundamente estremecido.

Al día siguiente el sacerdote estadounidense tenía la oportunidad de estar con el Papa. Al llegar su turno le pidió al santo Padre que rezara por su antiguo compañero de seminario, y describió brevemente la situación al Papa.

Un día después recibió la invitación del Vaticano para cenar con el Papa, en la que solicitaba llevara consigo al mendigo de la parroquia. El sacerdote volvió a la parroquia y le comentó a su amigo el deseo del Papa. Una vez convencido el mendigo, le llevó a su lugar de hospedaje, le ofreció ropa y la oportunidad de asearse.

El Pontífice, después de la cena, indicó al sacerdote que los dejara solos, y pidió al mendigo que escuchara su confesión. El hombre, impresionado, les respondió que ya no era sacerdote, a lo que el Papa contestó: "una vez sacerdote, sacerdote siempre". "Pero estoy fuera de mis facultades de presbítero", insistió el mendigo. "Yo soy el obispo de Roma, me puedo encargar de eso", dijo el Papa.

El hombre escuchó la confesión del Santo Padre y le pidió a su vez que escuchara su propia confesión. Después de ella lloró amargamente. Al final Juan Pablo II le preguntó en qué parroquia había estado mendigando, y le designó asistente del párroco de la misma, y encargado de la atención a los mendigos.

D   Devoción a la Divina Misericordia
Entre los miles de hombres y mujeres de Dios que elevó a los altares una de las figuras que más apreciaba fue la de religiosa polaca Faustina Kowalska (1905- 1938), apóstol de la devoción de la Divina Misericordia.

En agosto de 2002, en Lagiewniki, donde sor Faustina vivió y murió, Juan Pablo II confió el mundo a la Divina Misericordia, a la confianza ilimitada en Dios, el Misericordioso. ¡Cuánta necesidad de la misericordia de Dios tiene el mundo de hoy! Donde reinan el odio y la sed de venganza, donde la guerra causa el dolor y la muerte de los inocentes se necesita la gracia de la misericordia para calmar las mentes y los corazones, y hacer que brote la paz. Donde no se respeta la vida y la dignidad del hombre se necesita el amor misericordioso de Dios, a cuya luz se manifiesta el inexpresable valor de todo ser humano. Por eso hoy, en este santuario, quiero consagrar solemnemente el mundo a la Misericordia divina.

Juan Pablo II falleció el 2 de abril de 2005, a las 21.37, mientras concluía el sábado, y ya habíamos entrado en la octava de Pascua y domingo de la Divina Misericordia.

E   Enfermos, lección constante para él
Durante su primer viaje como Papa, el que realizó a México en 1979, visitó una iglesia llena de enfermos e inválidos. Uno de sus acompañantes testimonió al respecto: “El Papa se detuvo ante cada uno y tuve la impresión de que veneraba a todos: se inclinaba hacia ellos, intentaba comprender lo que le decían y después les acariciaba la cabeza”. 
Los responsables de la ceremonia no tardaron en darse cuenta de que en este tipo de viajes no debían colocar más de treinta enfermos delante del altar. En caso contrario, dado que Juan Pablo II les saludaba a todos, saltaban las citas que tenían a continuación. 

F   Fe y fortaleza
Cuando se le insistía en que bajase el ritmo de trabajo y de viajes y que descanse algo más, su respuesta era siempre: “Ya descansaré en la Vida Eterna”. En el curso de su última Semana Santa respondió de esta forma a un cardenal que le sugirió que no agotase sus últimas fuerzas: “Si Jesús no descendió de la cruz, ¿por qué debería hacerlo yo?

Consciente de que el tiempo es limitado, deseaba aprovecharlo al máximo. En uno de los últimos años de su vida dijo: “Cada vez me doy más cuenta de que se acerca el momento en el que tendré que presentarme ante Dios. El don de la vida es demasiado precioso para que nos cansemos de él”.


G   Globalidad en un mundo global
Es el primer Papa polaco, y el primero venido de un país comunista. Si el colapso del comunismo se produjo a partir de 1989 de manera pacífica fue según muchos gracias a Juan Pablo II. Tal y como testimonió un cualificado exponente político: “Cada uno aportó su contribución- el estadounidense Reagan, la británica Margaret Thatcher y el francés François Mitterrand-, pero para reunirlos a todos era necesaria la intervención del Santo Pare”. Incluso el presidente ruso, Mijaíl Gorbachov lo reconoció abiertamente cuando afirmó: “Yo no he sido el que he acabado con el comunismo, sino Juan Pablo II”.

H   Humildad y agradecimiento
En 1991, décimo aniversario del atentado, Juan Pablo II viajó a Fátima para expresar su agradecimiento a la Virgen. En el mundo del saludo, uno de los presentes se volvió hacia él y exclamó: “Santo Padre, ¡feliz cumpleaños!”. El Papa siguió avanzando tras escuchar esas palabras, pero después retrocedió y contestó: “Tiene usted razón, la primera vida me la dieron; la segunda me la regalaron hace diez años”. Un regalo que le hizo adoptar la costumbre de celebrar, todos los 13 de mayo por la tarde, a la hora del atentado, una santa misa de agradecimiento en la capilla privada.

I   Instrumento de Dios
Se consideró siempre un instrumento de Dios, al servicio de lo que Él le pidiera. “Mi vocación es un misterio incluso para mí”, decía en una ocasión Juan Pablo II. “¿Cómo se pueden explicar los caminos de Dios? Y en cambio, sé que en cierto momento de mi vida percibí claramente que el Cristo me decía lo que había dicho ya a miles de personas antes que a mí ‘¡Ven, y sígueme!’. Era evidente que lo que sentía en mi corazón no era ni una voz humana ni una idea mía. Cristo me estaba llamando para que lo sirviese como sacerdote”.

La ordenación fue un momento clave en la vida de Karol Wojtyla. Lo subrayó el mismo afirmando que “nada tiene más importancia para mí o me causa mayor alegría que celebrar a diario la misa y servir al pueblo de Dios en la Iglesia. Y eso es así desde el mimo día de mi ordenación como sacerdote. Nada lo ha podido cambiar en ningún momento, ni siquiera el hecho de ser ahora Papa”.

J   Los jóvenes siempre en su corazón
Su amor a los jóvenes le impulsó a iniciar en 1985 las Jornadas Mundiales de la Juventud. En las 19 ediciones de la JMJ celebradas a lo largo de su pontificado se reunieron millones de jóvenes de todo el mundo.

“¿Qué es la juventud?”, decía Juan Pablo II en una entrevista.  “No es solamente un periodo de la vida correspondiente a un número de años, sino que es a la vez un tiempo dado por la Providencia a cada hombre, durante el cual busca como el joven rico del Evangelio, la respuesta a los interrogantes fundamentales; no sólo el sentido de la vida sido un plan concreto para comenzar a construir su vida. En los jóvenes hay un inmenso potencial de bien, y posibilidades creativas. Nadie ha inventado las jornadas mundiales de los jóvenes. Fueron ellos quienes las crearon. No es verdad que sea el Papa quien lleva a los jóvenes de un extremo al otro del globo terráqueo. Son ellos los que le llevan a él”.

K   Karol Wojtyla en privado
“Karol Wojtyla exactamente como se le veía en público: un hombre enamorado, un cristiano que miraba más allá de sí mismo. Su peculiaridad personal aparecía principalmente en su relación con Dios. Por eso su espiritualidad era atrayente y magnética. Tanto si sufría, como si reía, no mantenía una relación  especulativa con una divinidad distante. En su jornada, estar con Dios constituía la mayor pasión, la más intensa prioridad, y a la vez, lo más normal del mundo. Dios no es un código moral, sino una Persona con la que poder hablar personalmente e incluso poder decir si es necesario: ‘¡A veces no te entiendo!’” (en palabras de Joaquín Navarro- Valls, ex portavoz de Juan Pablo II).


Lolek, llegaría a convertir a capos de la mafia
En su infancia sus amigos lo llamaban Lolek, y ese diminutivo también lo usaron después sus parientes y algunos íntimos de Polonia.

¡Quién dijo que sería imposible que Lolek fuera Papa y que su ejemplo convertiría a muchos…!  El 14 de noviembre de 2002 Juan Pablo II visitó el parlamento italiano, la primera vez que el jefe de la Iglesia Católica lo hacía en 150 años. Su discurso se centró en el terrorismo internacional y la globalización; y fue tan elocuente que al verlo por la televisión el mafioso italiano Benedetto Marciante, capo de la Cosa Nostra y acusado de homicidio y de extorsión, se entregó a la policía romana.

Mortificación desapercibida
“Su ejemplo parecía en enseñar que es mejor sufrir con Dios que alegrarse solo.  Con mucha frecuencia, para Juan Pablo II se trataba sólo de aprovechar alguna ocasión ofrecida por las vivencias cotidianas para ofrecer algún sacrificio pequeño o grande. Rechazar en el avión la cama preparada para él en los largos viajes intercontinentales, y dormir en cambio- o intentar hacerlo- en el asiento o reducir la cantidad de alimento en una comida, con aparente indiferencia. El fin de toda austeridad sensible era siempre garantizar a su alma la perfecta unión con Cristo, y la total disponibilidad a escuchar la llamada interior de Dios”. (en palabras de Joaquín Navarro- Valls, ex portavoz de Juan Pablo II)

¡No tengáis miedo!, fueron sus primeras palabras como Papa
"No tengáis miedo" fueron las primeras palabras que Juan Pablo II lanzó al mundo entero desde la Plaza de San Pedro, cuando inauguró su pontificado, el 22 de octubre de 1978. Esas palabras recorrieron, como una melodía, todo su trabajo como Vicario de Cristo, hasta su muerte santa en el 2005.

¡No tengáis miedo a abrir de par en par las puertas a Cristo! Esta expresión es, posiblemente, uno de los gritos más esperanzadores y revolucionarios del mundo contemporáneo, que se debate entre la angustia y los miedos hacia los monstruos que él mismo ha creado: la guerra, la cultura de la muerte, la pérdida de la dignidad humana...

Oración como motor de la existencia 
“En cierta ocasión en que creía que estaba sólo en su capilla, le vi cantar mientras fijaba su mirada en el Sagrario. No entonaba un tema litúrgico, sino canciones populares polacas. Una vez más me vino a la mente san Agustín, quien afirmaba que ‘cantar es rezar dos veces’. Personalmente me parecía que en se traslucían, al mismo tiempo, la riqueza intelectual de un teólogo y la inocencia espontánea de un niño”.

P Pedir perdón y perdonar 
El 12 de marzo de 2000, pidió perdón por las faltas humanas cometidas en la Iglesia Católica en toda su historia. Haciendo referencia a las cruzadas, la inquisición, la discriminación hacia las mujeres y las etnias

También paso a la historia el momento en que se encontró en la cárcel con a Ali Agca, el que cometió el atentado contra el Papa. Aunque Juan Pablo II siempre dijo que desde el primer instante le había perdonado.

Quién es Juan Pablo II, por Benedicto XVI
Juan Pablo II ha sido sacerdote hasta el final, porque ha dado su vida a Dios por sus ovejas y por la entera familia humana, en una donación cotidiana al servicio de la Iglesia y sobre todo en las difíciles pruebas de los últimos meses. En el primer periodo de su pontificado Juan Pablo II, todavía joven y lleno de fuerza, iba hasta los confines del mundo. Pero después, identificándose con Cristo en la Cruz,  anunció también incansablemente y con renovada intensidad el Evangelio, el misterio del amor que va hasta el fin. (cf Jn 13, 1).

Podía verse que la lección del Papa sufriente era un magisterio que sobrepasaba su magisterio verbal. Parecía que con las obras decía lo que había dicho con palabras: “Cristo, sufriendo por todos nosotros, ha dado una nueva dimensión al sufrimiento y  lo ha introducido en el orden del amor… es el sufrimiento que quema y consume el mal con la llama del amor”

El rosario, su oración preferida
El rosario, como él mismo reconocía, era su oración preferida. “Tras una conversación con el Papa- recordó un testigo- tuve la suerte de oír cómo me decía: ‘Vamos a rezar el rosario, ¿quiere venir con nosotros?’Lo seguí a la terraza de su apartamento y de esa forma pude entender el valor de es rosario: se trataba de un momento de vigilia por su diócesis, por toda la Iglesia, por el mundo y por los que sufren. ‘¡Mire!’, me decía a veces entre un misterio y otro indicándome los edificios del Vaticano y de Roma.” Al tiempo que veía estos edificios rezaba por todas las personas que allí vivían y trabajaban.

Servicio, en todo su quehacer
En 2004 decía en su autobiografía: “Para un obispo es muy importante relacionarse con las personas y aprender a tratarlas adecuadamente. Por lo que a mí respecta, es significativo que nunca haya tenido la impresión de que el número de encuentros fuese excesivo. De todos modos, mi preocupación constante ha sido la de cuidar en cada caso el carácter personal del encuentro. Cada uno es un capítulo aparte. Lo que yo hago es simplemente, rezar por todos día a día. Cuando encuentro a una persona, ya rezo por ella, y eso siempre facilita la relación. Tengo como principio acoger a cada uno como una persona que el Señor me envía, y al mismo tiempo, me confía”.

Totus tuus, todo tuyo le decía a la Virgen
En honor a la Virgen quiso que en su escudo de obispo figurase el lema: “Totus tuus”, como una manera de decirle a la Virgen soy ‘todo tuyo’, en ti confío.

Son muchas las anécdotas que manifiestan su confianza en la Virgen, a continuación una de ellas. El Cardenal Deskur contó que cuando había sido nombrado arzobispo de Cracovia, Wojtyla había encontrado el seminario casi vacío, lo que le movió a hacer una promesa a la Virgen: ‘Haré tantas peregrinaciones a pie a todos los santuarios, pequeños o grandes, próximos o lejanos, como número de vocaciones me concedas cada año’. De repente, el seminario empezó a llenarse de nuevo; cuando el arzobispo abandonó Cracovia para ser Papa, tenía quinientos alumnos. Esta sagrada promesa a la Virgen era uno de los motivos de que Juan Pablo II insistiese en que las visitas programadas durante sus viajes pastorales incluyesen siempre un lugar de culto mariano.

En 1981 hizo poner una imagen de la Virgen, María Madre de la Iglesia en la plaza de San Pedro, pues no había ninguna imagen de ella en ese lugar.

Universalidad 
A mediados de los años noventa se hizo popular un chiste en el Vaticano: ‘¿Cuál es la diferencia entre Dios y Juan Pablo II? Pues que Dios está en todas partes, mientras que el Papa ha estado ya’.  El Pontífice realizó 146 viajes por Italia y 104 al extranjero.  Estos viajes permitieron que millones de personas, que jamás se habrían podido permitir visitar el Vaticano, vieran al Pontífice en persona y escuchasen sus palabras, y con ellas la esperanza del Evangelio.

Vocación a la santidad de todos los cristianos
“Los caminos de santidad son múltiples y adecuados a la vocación de cada uno. ¡Qué potencial de gracia queda como aletargado en la muchedumbre incontable de los bautizados! La llamada no se dirige sólo a los sacerdotes o a los religiosos y religiosas, se extiende a todos. Como obispo he apoyado numerosas iniciativas de los laicos.

(…) Por ejemplo, el Oficio para la pastoral familiar, las reuniones de estudio para estudiantes de medicina llamados ‘Kler-med’ o el Instituto para la Familia. He estado también al lado de iniciativas nuevas: el camino neocatecumenal o el Opus Dei. Ambas nacidas en España, país que tantas veces ha dado impulsos providenciales para la renovación espiritual. En los años de mi ministerio en Cracovia sentí siempre la cercanía espiritual de los Focolares. Otro movimiento surgido de la vitalidad de la Iglesia en Italia es Comunión y Liberación.”


Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"