Domingo VI de Pascua (29/05/2011).

MONICIÓN DE ENTRADA

Desde la alegría plena que nos comunica Jesús Resucitado os deseamos nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía. Vamos a celebrar hoy el Sexto Domingo de Pascua. Este tiempo de plenitud, tras la Resurrección del Señor Jesús, va alcanzando sus objetivos. El próximo domingo celebraremos la Ascensión del Señor y ya el siguiente será la gran fiesta de Pentecostés. Y hoy como adelanto de todo ello, Jesús nos recuerda que el Espíritu Santo está ya cerca. Y que Él vendrá en enseñárnoslo todo, aquello que nos falta por saber y aprender… para ser felices ya en esta vida. Abramos, pues, nuestros corazones a la celebración y de hoy y con desbordante alegría iniciemos la Eucaristía.

1ª LECTURA: LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 8, 5-8. 14-17

En aquellos días, Felipe bajó a la ciudad de Samaria y predicaba allí a Cristo. El gentío escuchaba con aprobación lo que decía Felipe, porque habían oído hablar de los signos que hacía, y los estaban viendo: de muchos poseídos salían los espíritus inmundos lanzando gritos, y muchos paralíticos y lisiados se curaban. La ciudad se llenó de alegría.

Cuando los apóstoles, que estaban en Jerusalén, se enteraron de que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron a Pedro y a Juan; ellos bajaron hasta allí y oraron por los fieles, para que recibieran el Espíritu Santo; aún no había bajado sobre ninguno, estaban sólo bautizados en el nombre del Señor Jesús. Entonces les imponían las manos y recibían el Espíritu Santo.

Palabra de Dios 

SALMO RESPONSORIAL. SALMO 65
R.- ACLAMAD AL SEÑOR, TIERRA ENTERA. 

Aclamad al Señor, tierra entera; 
tocad en honor de su nombre, 
cantad himnos a su gloria.
Decid a Dios: «¡Qué temibles son tus obras!» R.- 

Que se postre ante ti la tierra entera, 
que toquen en tu honor, 
que toquen para tu nombre. 
Venid a ver las obras de Dios, 
sus temibles proezas en favor de los hombres. R.-

Transformó el mar en tierra firme, 
a pie atravesaron el río. 
Alegrémonos con Dios, 
que con su poder gobierna eternamente. R.- 

Fieles de Dios, venid a escuchar, 
os contaré lo que ha hecho conmigo. 
Bendito sea Dios, 
que no rechazó mi súplica 
ni me retiró su favor. R.- 

2ª LECTURA: LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PEDRO 3, 15-18

Queridos hermanos:

Glorificad en vuestros corazones a Cristo Señor y estad siempre prontos para dar razón de vuestra esperanza a todo el que os la pidiere; pero con mansedumbre y respeto y en buena conciencia, para que en aquello mismo en que sois calumniados queden confundidos los que denigran vuestra buena conducta en Cristo; que mejor es padecer haciendo el bien, si tal es la voluntad de Dios, que padecer haciendo el mal. Porque también Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida.

Palabra de Dios

ALELUYA Jn 14, 23

El que me ama guardara mi palabra --dice el Señor--, y mi Padre lo amará, y vendremos a él.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 14, 15-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:

-- Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad. El mundo no puede recibirlo, porque no lo ve ni lo conoce; vosotros, en cambio, lo conocéis, porque vive con vosotros y está con vosotros. No os dejaré huérfanos, volveré. Dentro de poco el mundo no me verá, pero vosotros me veréis y viviréis, porque yo sigo viviendo. Entonces sabréis que yo estoy con mi Padre, y vosotros conmigo y yo con vosotros. El que acepta mis mandamientos y los guarda, ése me ama; al que me ama lo amará mi Padre, y yo también lo amaré y me revelaré a él.

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio del Domingo.

¡Qué bien se quedó Felipe con el cuento! La semana pasada pedía a Jesús que le mostrara al Padre y aprendía que viendo al Señor veía al Padre. Sin duda, sintió el Espíritu de la verdad que está siempre con nosotros y ahí nos lo encontramos: predicando a Cristo, glorificando a Dios y dando razón de su esperanza.

En Samaria no lo tendría fácil: ¿quién iba a atender a un judío? Pero los signos hablaron por él, e hizo las obras que Jesús hacía. Todo y como el Señor le había dicho. Resultado: la ciudad se llenó de alegría. ¡Eso sí que es predicar! Ser capaces de vivir y transmitir el Evangelio desde el gozo, sin estar condicionado por los resultados. El Espíritu es el que propicia tal alegría y entrega. Pero pareciera como si muchas veces tuviéramos al Espíritu enjaulado en nuestro corazón. Sí, está ahí, pero lo tenemos controlado, no vaya a ser que revolotee demasiado y nos complique la vida. El Espíritu nos impulsa al compromiso con la Iglesia, con el mundo, con el hermano. Pero nos dejamos comer por este mundo que nos anima a la desidia, a la competencia, a la comodidad y que cada uno se las apañe como pueda. Es que el mundo no puede recibir el Espíritu, pero nosotros sí, porque vive en nosotros y está en nosotros: lo recibimos en el Bautismo y por la Confirmación fueron fortalecidos sus dones, concediéndosenos una fuerza especial para dar testimonio de la fe. Si dejamos que el Espíritu vuele a sus anchas y nos lleve donde quiere, si hacemos el esfuerzo de guardar los mandamientos del Señor como signo de nuestro amor a Dios, sin duda, “la ciudad se llenará de alegría”, porque nuestro testimonio gozoso expresará que tenemos un Dios que hace proezas a favor de los hombres.

Manuel Jiménez Bárcenas, sacerdote



Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"