Domingo XIV del Tiempo Ordinario (03/07/2011)

MONICIÓN DE ENTRADA

Nuestra alegría y cariño quiere reflejarse en la cordial bienvenida que os damos en el inicio de la Eucaristía. Jesús de Nazaret nos comunica desde el Evangelio de Mateo cosas notables, muy importantes. Nos muestra Jesús su gozo, ante el Padre, por haber dado su sabiduría a los pequeños, a los humildes. Y recuerda a sus discípulos que el yugo del Maestro es suave y su carga ligera. Nos dice, además, una frase que produce mucho consuelo: “Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré”. Estas palabras suyas han estado muy presentes, durante más de dos mil años, en la realidad de muchos cristianos fatigados y abrumados. Busquemos, pues, a Jesús pues nos ayudará a descansar y a ser más felices. Fiémonos de Jesús que será Él quien nos dé el autentico descanso. Abrimos pues esta primera eucaristía del mes de julio con alegría, amor y confianza.

1ªLECTURA: LECTURA DE LA PROFECÍA DE ZACARÍAS 9, 9-10

Así dice el Señor:

-- Alégrate, hija de Sión; canta, hija de Jerusalén; mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso; modesto y cabalgando en un asno, en un pollino de borrica. Destruirá los carros de Efraín, los caballos de Jerusalén, romperá los arcos guerreros, dictará la paz a las naciones; dominará de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra.

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL. SALMO 144

R.- BENDECIRÉ TU NOMBRE POR SIEMPRE, DIOS MÍO, MI REY.

Te ensalzaré, Dios mío, mi rey; 
bendeciré tu nombre por siempre jamás. 
Día tras día, te bendeciré 
y alabaré tu nombre por siempre jamás. R.-

El Señor es clemente y misericordioso, 
lento a la cólera y rico en piedad; 
el Señor es bueno con todos, 
es cariñoso con todas sus criaturas. R.-

Que todas tus criaturas te den gracias, Señor. 
Que te bendigan tus fieles; 
que proclamen la gloria de tu reinado, 
que hablen de tus hazañas. R.- 

El Señor es fiel a sus palabras, 
bondadoso en todas sus acciones. 
El Señor sostiene a los que van a caer, 
endereza a los que ya se doblan. R.- 

2ª LECTURA: LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 8, 9. 11-13

Hermanos:

Vosotros no estáis sujetos a la carne, sino al espíritu, ya que el Espíritu de Dios habita en vosotros. El que no tiene el Espíritu de Cristo, no es de Cristo. Si el Espíritu del que resucitó a Jesús de entre los muertos habita en vosotros, el que resucitó de entre los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales, por el mismo Espíritu que habita en vosotros. Así, pues, hermanos, estamos en deuda, pero no con la carne para vivir carnalmente. Pues si vivís según la carne, vais a la muerte; pero si con el Espíritu dais muerte a las obras del cuerpo, viviréis.

Palabra de Dios. 

ALELUYA Mt 11, 25

Bendito seas, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has revelado los misterios del reino a la gente sencilla.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 11, 25-30

En aquel tiempo, exclamó Jesús:

-- Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a la gente sencilla. Si, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar. Venid a mi todos los que estáis cansados y agobiados, y yo os aliviaré. Cargad con mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y encontraréis vuestro descanso. Porque mi yugo es llevadero y mi carga ligera.

Palabra del Señor.

Comentario al Evangelio del Domingo.

Frente a normas, leyes y fardos pesados impuestos por los fariseos para agradar a Dios, Jesús se muestra comprensivo con el “agobio” y el “cansancio” del hombre que se esfuerza por alcanzar a Dios sin jamás lograrlo...

Cuando absolutizamos las normas por sí mismas, dejan de ser una ayuda y un medio eficaz en la relación con el Señor para convertirse en trabas y escollos. ¡Basta, así es imposible! “Venid a mí los que estáis cansados y agobiados y yo os aliviaré”. La vida no es una carrera de obstáculos y dificultades, a las que hay que añadir un lote “extra” de prescripciones y reglas religiosas que hay que cumplir. El encuentro con el Señor es siempre encuentro de liberación. El “totalmente libre”, porque “totalmente ha amado”, eleva hasta sus más altas cotas nuestra propia libertad. Por eso el legalismo atosigante impide el encuentro auténtico con el Dios de Jesucristo, que alivia y conforta nuestros cansancios.

Ser cristiano no es un “yugo” añadido a nuestros “yugos” cotidianos, haciéndonos vivir aún más encorvados, sino que los suaviza aligerando nuestras cargas. No nos las quita ¡cierto! Pero las transforma haciéndonos contemplar nuestra vida “traspasada” por Dios.

Si Jesús puede ofrecernos un yugo “suave” es porque ha entrado en lo más hondo de la realidad humana embriagándola toda con su presencia. Él ha hecho suyo nuestro yugo, él lo ha transformado con la fuerza del amor. Ahora hasta “mi yugo” –aunque sea lugar de sufrimiento– es epifanía y lugar de encuentro con el Señor.

Manuel Jiménez Bárcenas, sacerdote


Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"