Domingo XXXIII del Tiempo Ordinario. 13/11/2011, DÍA de la IGLESIA DIOCESANA.


MONICIÓN DE ENTRADA

Os deseamos nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía de este penúltimo domingo del Tiempo Ordinario. Tenemos ya muy cerca el Adviento, tiempo de espera y de esperanza. En este domingo Jesús de Nazaret nos relata, mediante el texto de San Mateo, la célebre parábola de los talentos. Es un mensaje que nos debe a incitar a hacer balance de los frutos que el Señor nos ha dado y de como los hemos administrado en favor de los hermanos. Es un relato importante, fuerte, llamativo. El conservadurismo de uno de los siervos es juzgado con severidad por Jesús. Y eso hemos de tenerlo en cuenta todos nosotros. Estamos en un tiempo final y finalista. Pero lo nuevo, lo renovado, llegará pronto. Eso es el Adviento. Hagamos, pues, examen de conciencia y librémonos del lastre que nos impide dar fruto. El Señor nos espera.

Celebramos, hoy también, el Dia de la Iglesia Diocesna. Este año tiene el lema “La Iglesia contigo. Con todos. Participa”. La estructura fundamental y más capilar de nuestra Iglesia es precisamente la diocesana. Hemos de tenerlo muy en cuenta.

1ª LECTURA: LECTURA DEL LIBRO DE LOS PROVERBIOS 31, 10-13. 19-20. 30-31

Una mujer hacendosa, ¿quién la hallará? Vale mucho más que las perlas. Su marido se fía de ella, y no le faltan riquezas. Le trae ganancias y no pérdidas todos los días de su vida. Adquiere lana y lino, los trabaja con la destreza de sus manos. Extiende la mano hacia el huso, y sostiene con la palma la rueca. Abre sus manos al necesitado y extiende el brazo al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura, la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en la plaza.

Palabra de Dios. 

SALMO RESPONSORIAL. SALMO 127

R.- DICHOSO EL QUE TEME AL SEÑOR.

¡Dichoso el que teme al Señor 
y sigue sus caminos! 
Comerás del fruto de tu trabajo, 
serás dichoso, te irá bien. R.-

Tu mujer, como parra fecunda, 
en medio de tu casa; tus hijos, 
como renuevos de olivo, 
alrededor de tu mesa. R.-

Ésta es la bendición del hombre 
que teme al Señor. 
Que el Señor te bendiga desde Sión, 
que veas la prosperidad de Jerusalén 
todos los días de tu vida. R.-

2ª LECTURA: LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS TESALONICENSES 5, 1-6

Hermanos:

En lo referente al tiempo y a las circunstancias no necesitáis que os escriba. Sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: "paz y seguridad", entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, para que ese día no os sorprenda como un ladrón, porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no lo sois de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no durmamos como los demás, sino estemos vigilantes y despejados.

Palabra de Dios.

ALELUYA Jn 15, 4a. 5b

Permaneced en mi, y yo en vosotros --dice el Señor--, el que permanece en mí da mucho fruto.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO25, 14-15.19-21

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola:

--Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio el que recibió uno hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar las cuentas con ellos. "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco." Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor." Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira he ganado otros dos." Su Señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor."

Finalmente, se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eras exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo." El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán. ¿Conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco para que al volver yo pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al quien tiene diez. Porque al que tiene se le dará y le sobrará; pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas; allí será el llanto y el rechinar de dientes”.

Palabra del Señor.

Comentario al Evangelio del Domingo.

Encontrar el sentido de lo que hacemos y de lo que no. Necesitamos ser y sentirnos integrados en algo o con alguien. Encontrar la respuesta de lo que somos, requiere superar la tentación de aislarse en una fatiga o saturación intelectual o informativa, cerrando los ojos para que otros ciegos nos convenzan de que nuestra vida es una pura suma de casualidades y que nada tenemos que ver en el proyecto del Creador del cielo y de la tierra.

Sin embargo, somos parte de la creación, obra maestra querida y mimada por Dios, la vida no es simplemente una realización o superación de retos y metas personales por muy geniales que sean, sino una vocación: ser y vivir a la vez como hijos, por el Hijo, y como hermanos, en Cristo.

En el fondo, esto es más consecuente con el ansia de verdad, las ilusiones, los proyectos, nuestros sueños: no somos fruto de la pagana suerte, sino del amor infinito de Dios y así nuestra vida es el don más sagrado, el mayor talento que hemos recibido y que no debe malgastarse, antes bien ha de multiplicarse, dar fruto. Pero hemos recibido muchos más talentos. Corren muy malos tiempos también para los asuntos económicos, pero el Evangelio de hoy nos confirma que no hemos de dar el corazón a nuestras riquezas, sino invertir las riquezas con el corazón, pero no por corazonadas, sino por responsabilidad: somos administradores de lo que Dios pone en nuestras manos, en nuestra alma y nuestro cuerpo, en la inteligencia y el razonamiento.

Benedicto XVI, en su mensaje para el equilibrio del sistema financiero mundial, ha aclarado de manera precisa la raíz de una crisis que no es solamente de naturaleza económica y financiera, sino antes de todo, es de tipo moral, además de ideológica. La economía, en efecto –observa el Pontífice– tiene necesidad de la ética para su correcto funcionamiento, no de una ética cualquiera, sino de una ética amiga de la persona. El Papa ha denunciado, a continuación, el papel desempeñado por el utilitarismo y por el individualismo, así como la responsabilidad de aquellos que lo han asumido y difundido.

Pero Benedicto XVI también ha descubierto y denunciado una nueva ideología, la «ideología de la tecnocracia». No podemos vivir invirtiendo talentos, buscando solo multiplicar beneficios, para comprar lo más caro y lujoso. No podemos servir a Dios y al dinero.

No es cumplir y que me quede como estoy. Y menos aun, cruzar brazos por miedo a perder. Hay que dar fruto, los frutos de los hijos de la Luz, no de las tinieblas. No podemos orar a Dios y vivir como paganos o como si Dios no existiera. No es miedo a rendir cuentas. Es corresponder al amor de Dios con una vocación y forma de vida desde nuestra Fe. Hay muchos tipos de interés y necesidades, pero siempre encontraremos la única rentabilidad fija en el más alto precio de la historia: la sangre de Cristo. Por eso tenemos muchos talentos que devolver.
José Luis Bellón, sacerdote

Día de la Iglesia Diocesana.

Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"