Un Camino en el África.


La esperanza en el documento de 150 páginas que Benedicto entregó en Benín, como guía pastoral para todo el continente. La Iglesia como familia de Dios; la Biblia, la promoción de una nueva fraternidad contrapuesta al tribalismo, al racismo y al etnocentrismo son temas de la Exhortación Apostólica Post-Sinodal que lleva el nombre: "El compromiso del África". Documento final del segundo Sínodo especial para África, de Octubre del 2009.

En la primera parte el documento analiza las estructuras guías de la misión eclesial en el continente, con el objetivo de lograr la reconciliación, la justicia y la paz. En la segunda parte habla de la educación, la salud y los medios de comunicación social de la Iglesia.
Predomina la esperanza: consciente del patrimonio intelectual, cultural, religioso del continente, pero también de los desafíos actuales que África debe afrontar, el Papa alienta al continente a recibir siempre más a Cristo, liberándose de aquello que la paraliza y encontrando en ella misma, las fuerzas para relanzar la propia vida y la propia historia.

Esta Exhortación Apostólica toma del primer sínodo especial para África la idea de Iglesia, familia de Dios; del Sínodo General sobre la Palabra de Dios toma la importancia del apostolado bíblico, también está relacionada con los Lineamenta para el Sínodo General sobre la Nueva Evangelización que se desarrollará en el 2012, porque señala a la Iglesia Africana, el programa de actividad pastoral para los próximos decenios de evangelización.



Síntesis “Africae Munus”

La Exhortación Apostólica Post-Sinodal Africae Munus es el documento redactado por Benedicto XVI sobre la base de las 57 Proposiciones finales del segundo Sínodo especial para África, desarrollado en Octubre del 2009 y dedicado al tema de la reconciliación, justicia y paz. El documento pontificio está dividido en dos partes: en la primera, examina las estructuras guías de la misión eclesial en el continente, que tiene el objetivo de lograr la reconciliación, la justicia y la paz, mirando sobre todo la evangelización. En la segunda parte están indicados los campos de apostolado de la Iglesia, en particular en los sectores de la educación, de la salud y de los medios de comunicación social. Sobre todo predomina la esperanza: consciente del patrimonio intelectual, cultural, religioso del continente, pero también de los desafíos actuales que África debe afrontar, el Papa alienta al continente a recibir siempre más a Cristo, liberándose de aquello que la paraliza y encontrando en ella misma, las fuerzas para relanzar la propia vida y la propia historia.

Esta Exhortación Apostólica está relacionada con:

La Exhortación Apostólica Post-sinodal Iglesia en África, publicada en 1995, finalizado el primer sínodo especial para África. Desde ésta retoma sobretodo la idea de Iglesia, familia de Dios.
La Exhortación Apostólica Post-sinodal Verbum Domini, publicada en 2010, finalizado el Sínodo General sobre la Palabra de Dios. Desde ésta retoma la importancia del apostolado bíblico.Los Lineamenta para el Sínodo General sobre la Nueva Evangelización que se desarrollará en el 2012, ya que refuerza el dinamismo eclesial de la Iglesia africana, indicándole también el programa de actividad pastoral para los próximos decenios de evangelización.

Primera parte: las estructuras guías de la misión eclesial en África

Partiendo del presupuesto que “África tiene la necesidad de sentir la voz de Cristo que proclama hoy el amor por el otro, también por el enemigo” (AM 13), la Exhortación Apostólica invita a la reconciliación con Dios y con el prójimo, camino necesario para la paz. Es importante, por lo tanto, la purificación interior del hombre, el ofrecimiento y la acogida del perdón que permite de reencontrar la armonía entre las familias. Deja en claro, que los responsables de los crímenes deben ser buscados y enfrentados a su propia responsabilidad, para evitar que se repitan sus delitos.

El Papa subraya, después, que si bien la construcción de un orden social justo compete a la esfera política, la Iglesia tiene el deber de formar la conciencia de los hombres y mujeres, educándolos en la justicia divina: fundada sobre el amor, la cual llega hasta la donación de sí mismo por los hermanos y va más allá del mínimo que exige la justicia humana. Vivir la justicia de Cristo significa, entonces, empeñarse para poner fin a la confiscación de los bienes en detrimento de los pueblos internos, definida como inaceptable e inmoral (AM 24), mirando hacia la subsidiariedad, la solidaridad y la caridad, en la lógica de las Bienaventuranzas. Por eso, “una atención preferencial debe ser reservada al pobre, al hambriento, al enfermo, al prisionero, al migrante, al refugiado o al desplazado” (AM 27). La Iglesia contribuye a formar una nueva África, haciéndose eco del grito silencioso de los inocentes perseguidos o de los pueblos cuyos gobernantes hipotecan el presente y el futuro en nombre de los intereses personales (AM 30).
¿Pero cuáles son los campos de acción en donde poner en práctica todo esto? La Exhortación Apostólica indica ante todo la catequesis no solo estudiada, también vivida en la vida personal, familiar y social; el discernimiento profundizado de los ritos tradicionales locales, sobretodo aquellos legados a la reconciliación, para evidenciar los aspectos que ayudan u obstaculizan la inculturación del Evangelio; en fin, la promoción de una nueva fraternidad contrapuesta al tribalismo, al racismo y al etnocentrismo.

Particular defensa y protección el Papa la pide por:

la familia, para que, - delante a las amenazas como la distorsión de la noción de matrimonio, la desvalorización de la maternidad, la banalización del aborto, la facilitación del divorcio y el relativismo de una “nueva ética” - se transforme en “Iglesia doméstica”, capaz de llevar paz y armonía a la sociedad. Entre otras cosas, la veneración y el respeto que África tiene en relación a los ancianos puede inspirar al Occidente como ejemplo de estabilidad y de orden social.
Las mujeres, que tienen un rol insustituible en la sociedad y en la Iglesia. Los actos de violencia contra ellas sean combatidos, denunciados y condenados por todos los cristianos.Los niños, don de Dios, fuente de esperanza y de renovación, con frecuencia al centro de situaciones intolerables y deplorables como los niños soldados, los prisioneros, aquellos obligados a trabajar, los maltratados a causa de su discapacidad, aquellos considerados hechiceros, los discriminados por ser albinos, aquellos vendidos como esclavos sexuales.
La vida: la Iglesia se opone al aborto, a la droga, al alcoholismo; está en primer lugar la pandemia de la malaria, de la tuberculosis, del Sida, que exige una respuesta médica, farmacéutica, pero sobre todo ética, es decir una prevención eficaz basada sobre la abstinencia sexual, sobre el rechazo de la promiscuidad sexual y sobre la fidelidad conyugal, en nombre de una antropología fundada sobre el derecho natural y sobre la Palabra de Dios. Fundamentalmente también erradicar el analfabetismo, flagelo par a la muerte social, y eliminar la pena capital.

La Exhortación Apostólica subraya, también, que África tiene necesidad del buen gobierno de los Estados, que se expresa en el respeto de la Constitución, de las elecciones libres, de sistemas judiciarios independientes, de administración transparente y no tendiente a la corrupción. Fundamentalmente también la explotación de la materia prima en nombre del bien común, y el respeto de los bienes esenciales como el agua y la tierra; la atención, también a nivel internacional, del fenómeno de las migraciones, la globalización de la solidaridad que incluye “el principio de gratuidad y la lógica del don como expresión de la fraternidad” (AM 86)
Central la atención que el Papa da al tema del diálogo, que debe ser:

ecuménico, porque un cristianismo dividido es motivo de escándalo. La invitación es también a fundar nuevas asociaciones ecuménicas que emprendan obras de caridad y protejan el patrimonio religioso delante a la expansión de las Iglesias autóctonas africanas, de los movimientos sincretistas y de las sectas que frecuentemente seducen, ya sea los responsables políticos, que los fieles de las parroquias.

Interreligioso, que se inclina por una parte, hacia las religiones tradicionales africanas, -para recoger aquello que en ellas es conforme al Evangelio y dejando lo que se refiere a la brujería-, por otra parte al Islam: en algunos países africanos puede presentarse con agresividad, pero el Papa reitera la importancia de perseverar en la estima de los musulmanes, también ellos monoteístas como los cristianos, subraya la disponibilidad al diálogo en el respeto de la libertad religiosa y de conciencia.

Segunda Parte: Los campos de apostolado de la Iglesia:

El Papa se dirige en modo directo a:

Los obispos: son invitados a la santidad de la vida, a la unidad con el Sucesor de Pedro, a la comunión con los presbíteros. Deben resistir a la tentación del nacionalismo y deben empeñarse en la educación de los laicos. Las diócesis deben ser “modelos por el comportamiento de las personas, por la transparencia y por la buena gestión financiera” (AM 104).

Los sacerdotes: deben ofrecer una vida ejemplar en el celibato y en el desapego de los bienes materiales, superando las fronteras tribales y raciales, sin caer en la tentación de transformarse en guías políticas u operadores sociales.

Los seminaristas: Son llamados a prepararse al sacerdocio desde el punto de vista teológico y espiritual, en ambientes propicios también para su crecimiento psicológico y humano, haciéndose apóstoles de los jóvenes.

Los laicos: deben vivir la santidad en el mundo, demostrando que el trabajo, antes de ser un medio de ganancia, es el lugar de la realización personal y del servicio al prójimo. Para quien trabaja en el campo político, económico, cultural y social, es también fundamental el conocimiento de la Doctrina Social de la Iglesia.

Diáconos, personas consagradas y catequistas: El Papa insiste sobre su formación permanente, sobre su ser modelos de vida cristiana y sobre su testimonianza de vida confiada a Dios e dedicada al prójimo.

Escuelas, universidades, e instituciones católicas: Deben tejer en la sociedad lazos de paz y de armonía; buscar la Verdad que trasciende la medida humana; contribuir al desarrollo de la teología africana, manteniendo su identidad católica y promoviendo la inculturación.

Instituciones sanitarias católicas: in cada enfermo, la Iglesia ve un miembro sufriente del Cuerpo de Cristo. Su empeño contra las enfermedades será, por lo tanto, fiel al enseñamiento ético y a la defensa de la vida. Los fondos deben ser gestionados en modo transparente y deben servir sobretodo al bien de los enfermos. Los pequeños dispensarios, que aseguran curaciones de primeros auxilios, van multiplicados.

Medios de comunicación: La Iglesia debe estar presente en los Medios Masivos de Comunicación, en modo más numeroso y más coordinado, mirando también a las nuevas tecnologías, ya que ellas son instrumentos de evangelización y de formación de los pueblos africanos para la reconciliación, la justicia y la paz.
La Exhortación Apostólica se detiene en la importancia de la evangelización, entendida, ya sea como missio ad gentes, es decir como el llevar la Buena Noticia a las personas que no la conocen todavía; o sea como nueva evangelización, es decir dirigida a quien no sigue más la práctica cristiana, también más allá de los confines africanos, en los países más secularizados.

Propuestas Operativas:

Retomando algunas proposiciones finales del Sínodo, la Exhortación Apostólica indica algunas propuestas operativas para favorecer la reconciliación, la justicia y la paz en el continente:
Incrementar la Leccio Divina y el apostolado bíblico, ya que la Palabra de Dios regenera la comunión fraterna.Celebrar un Congreso Eucarístico Continental, ya que la Eucaristía estabilice una nueva fraternidad que supera lenguas, culturas, etnias, tribalismos, racismos y etnocentrismos.
Las Iglesias Particulares africanas sugieran nuevos candidatos a la canonización, ya que los Santos son promotores ejemplares de la justicia y apóstoles de la paz.Los obispos sostengan el SECAM (Simposio de las Conferencias Episcopales de África y de Madagascar), estructura de solidaridad y de comunión eclesial a nivel continental.
Cada año, los países africanos son animados a celebrar un día o una semana de reconciliación, particularmente durante el Adviento o la Cuaresma.En acuerdo con la Santa Sede, el SECAM podrá contribuir a la realización de un “Año de la reconciliación” de todo el continente.

Conclusión

La Exhortación Apostólica se concluye con un fuerte acento sobre la esperanza: el Papa confía a la intercesión de la Beata Virgen María el camino de la Evangelización del continente, para que “cada uno se transforme siempre en más apóstol de la reconciliación, de la justicia y de la paz” y para que la Iglesia en África pueda ser “uno de los pulmones espirituales de la humanidad” (jesuita Guillermo Ortiz-RV).

Fuente: NEWS.VA

Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"