Domingo II de Adviento (04/12/2011).


El Domingo de Juan Bautista

La liturgia de este Domingo Segundo de Adviento se centra muy especialmente en Juan Bautista, en el Precursor. Lanza su grito desde el desierto para la gente allane sus almas y sus corazones en espera del Mesías, de quien viene a arreglarlo todo. El mensaje del Bautista es muy válido para nosotros hoy pues además de enseñarnos austeridad y moderación nos pide –casi nos exige—que nos convirtamos, que abramos nuestros ojos a la esperanza total que supone que un Dios de hace Hombre y viene a salvarnos.

1ª LECTURA: LECTURA DEL LIBRO DE ISAÍAS 40, 1-5. 9-11

Consolad, consolad a mi pueblo, dice vuestro Dios; hablad al corazón de Jerusalén, gritadle, que se ha cumplido, su servicio, y está pagado su crimen, pues de la mano del Señor ha recibido doble paga por sus pecados.

Una voz grita: "En el desierto preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que montes y colinas se abajen, que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Se revelará la gloria del Señor, y la verán todos los hombres juntos" --ha hablado la boca del Señor—

Súbete a lo alto de un monte, heraldo de Sión; alza fuerte la voz, heraldo de Jerusalén; álzala, no temas, di a las ciudades de Judá: aquí está vuestro Dios. Mirad, Dios, el Señor, llega con fuerza, su brazo domina. Mirad, le acompaña el salario, la recompensa lo precede. Como un pastor apacienta el rebaño, su mano lo reúne. Lleva en brazos los corderos, cuida a las madres."

Palabra de Dios.

SALMO RESPONSORIAL. SALMO 84

R.- MUÉSTRANOS, SEÑOR, TU MISERICORDIA Y DANOS TU SALVACIÓN.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
"Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos." 
La salvación está ya cerca de sus fieles, 
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.-

La misericordia y la fidelidad se encuentran, 
la justicia y la paz se besan; 
la fidelidad brota de la tierra, 
y la justicia mira desde el cielo. R.-

El Señor nos dará la lluvia, 
y nuestra tierra dará su fruto. 
La justicia marchará ante él, 
la salvación seguirá sus pasos. R.-

2ª  LECTURA: LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN PEDRO 3, 8-14

Queridos hermanos:

No perdáis de vista una cosa: para el Señor un día es como mil años, y mil años como un día. El Señor no tarda en cumplir su promesa, como creen algunos. Lo que ocurre es que tiene mucha paciencia con vosotros, porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan.

El día del Señor llegará como un ladrón. Entonces el cielo desaparecerá con gran estrépito; los elementos se desintegrarán abrasados, y la tierra con todas sus obras se consumirá. Si todo este mundo se va a desintegrar de este modo, ¡qué santa y piadosa ha de ser vuestra vida!

Esperad y apresurad la venida del Señor, cuando desaparecerán los cielos, consumidos por el fuego, y se derretirán los elementos. Pero nosotros, confiados en la promesa del Señor, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva en que habite la justicia. Por tanto, queridos hermanos, mientras esperáis estos acontecimientos, procurad que Dios os encuentre en paz con Él, inmaculados e irreprochables.

Palabra de Dios.

ALELUYA Lc 3,4.6

Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Todos verán la salvación de Dios.

 LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1, 1-8

Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.

Está escrito en el profeta Isaías: Yo envío mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. Una voz grita en el desierto: "Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos." Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Juan iba vestido de piel de camello, con una correa de cuero a la cintura, y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre. Y proclamaba: "Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo."

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio del Domingo.

Nos hemos acostumbrado a vivir en el pozo de la autocomplacencia y el pecado. Parece que todo da igual. Andamos por el desierto del egoísmo y el hombre moderno es un ser triste. Pero el Creador no olvida a su criatura. Por eso, cada atardecer Dios se asoma al brocal de su generosidad infinita y nos trae consuelo. Así lo expresa el clamor del profeta Isaías: “Dios grita: Consolad, consolad, a mi pueblo, decid al corazón de Jerusalén que se le acaba el plazo para expiar su pecado...”

Pero no son palabras de terror sino un aviso paternal, ya que el que viene se presenta como “pastor que reúne al rebaño, acogiendo sobre sus hombros a los corderillos más débiles”. Es un Dios del que san Pedro dice, y habla por propia experiencia, “que tiene mucha paciencia con nosotros porque no quiere que nadie perezca, sino que todos se conviertan y se salven”.

PREPARAR EL CAMINO

Vivimos en tiempo de Adviento, tiempo de conversión y de preparar los caminos para que venga el Mesías Salvador. Convertirse significa “cambiar de mi camino a los caminos de Dios”. El primer paso de la conversión es sentirse juzgado por Dios. Sólo cuando nos sentimos mirados por Dios podemos desenmascarar nuestro autoengaño y salir de nuestra mentira.

Hay que preparar, pues, los caminos del Señor. Por eso el Evangelio de Marcos nos dice con palabras del profeta Isaías: “Yo envío mi mensajero delante de ti para preparar el camino”. Es Juan Bautista, el embajador del Mesías, el que pone eco a las palabras del profeta y nos dice: “¡Convertíos, porque detrás de mí viene uno al que no soy digno ni de desatarle las sandalias!

Yo os bautizo ahora con agua, pero Él os bautizará con Espíritu”: el agua limpia, pero el Espíritu transforma el corazón de piedra en corazón de carne y hace de los hombres “hijos de Dios”. Cada cristiano, cada uno de nosotros, somos también un profeta en nuestro entorno familiar y social. Pongamos eco a la Buena Noticia: ¡gritemos que el Señor viene a salvarnos, y no conviene distraernos y abusar de su infinita paciencia!

Alfonso Crespo, sacerdote

Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"