Domingo I de Cuaresma.

MONICIÓN DE ENTRADA

Sed todos bienvenidos a la Eucaristía del Primer Domingo de Cuaresma. Vamos a recorrer juntos el tiempo fuerte que ya iniciamos el pasado miércoles con la imposición de la Ceniza. Hoy, Marcos con su habitual concisión y brevedad nos va mostrar el episodio de las tentaciones de Jesús en el desierto. Él, Dios verdadero y Hombre completo también fue tentado como lo somos nosotros, todos los días y a todas las horas. Deciros que la Palabra de Dios nos muestra –hoy y siempre—su fuerza para hablarnos de reconciliación, de paz, de amor. La cuaresma es tiempo de conversión, de vuelta a Dios, de mayor amor a los hermanos… y es lo que nos vamos a vivir durante las próximas semanas


1ª LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS 9, 8-15

Dios dijo a Noé y a sus hijos:

-- Yo hago un pacto con vosotros y con vuestros descendientes, con todos los animales que os acompañaron: aves, ganados y fieras; con todos los que salieron del arca y ahora viven en la tierra. Hago un pacto con vosotros: el diluvio no volverá a destruir la vida, ni habrá otro diluvio que devaste la tierra.

Y Dios añadió:

-- Esta es la señal del pacto que hago con vosotros y con todo lo que vive en vosotros, para todas las edades: pondré mi arco en el cielo, como señal de mi pacto con la tierra. Cuando traiga nubes sobre la tierra, aparecerá en las nubes el arco, y recordaré mi pacto con vosotros y con todos los animales, y el diluvio no volverá a destruir los vivientes.

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL. SALMO 24

R.- TUS SENDAS, SEÑOR, SON MISERICORDIA Y LEALTAD PARA LOS QUE GUARDAN TU ALIANZA.

Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas:
haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.-

Recuerda, Señor, que tu ternura
y con tu misericordia son eternas.
Acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.-

El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.-

2ª LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PEDRO 3, 18-22

Queridos hermanos:

Cristo murió por los pecados una vez para siempre: el inocente por los culpables, para conducirnos a Dios. Como era hombre, lo mataron; pero, como poseía el Espíritu, fue devuelto a la vida. Con este Espíritu, fue a proclamar su mensaje a los espíritus encarcelados que en un tiempo habían sido rebeldes, cuando la paciencia de Dios aguardaba en tiempos de Noé, mientras se construía el arca, en la que unos pocos --ocho personas-- se salvaron cruzando las aguas. Aquello fue un símbolo de bautismo que actualmente os salva: que no consiste en limpiar una suciedad corporal, sino en impetrar de Dios una conciencia pura, por la resurrección de Cristo Jesús, Señor nuestro, que llegó al cielo, se le sometieron los ángeles, autoridades y poderes, y está a la derecha de Dios.

Palabra de Dios

ACLAMACIÓN

No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1, 12- 15

En aquel tiempo el Espíritu empujó a Jesús al desierto. Se quedó en el desierto cuarenta días, dejándose tentar por Satanás, vivía entre alimañas y los ángeles le servían. Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:

-- Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creer en el Evangelio.

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio del Domingo.

Nuestra vida es siempre una búsqueda de la felicidad. Y en esa búsqueda, es Dios el primero que quiere que seamos plenamente felices, pero a menudo nos encontramos con la tentación, que intenta frustrar el proyecto de nuestro Padre en nosotros. La lucha contra la tentación no es cosa de un momento puntual, es un esfuerzo continuo por dejarnos hacer por Dios, por convertirnos.

Y es precisamente esto lo que Jesús nos pide en el Evangelio de hoy: "¡Convertíos y creed en la Buena Noticia!" Jesús, después de haber recibido el Bautismo en el Jordán y ser ungido con el Espíritu Santo, es sometido a prueba, es tentado. El desierto -en el que el Señor se nos muestra hoy- es el lugar donde Dios se había manifestado en multitud de ocasiones a su pueblo; pero es también el lugar de la soledad, de la prueba y de la vulnerabilidad. Como bien dice san Juan Crisóstomo, “suele el diablo atacarnos particularmente cuando nos ve solos y concentrados en nosotros mismos”; pero la tentación fracasa allí donde hay comunión con Dios y fuerza del Espíritu. Todo bautizado también estará siempre expuesto a esa confrontación directa con lo opuesto al Reino de Dios. Por eso un año más comenzamos con esperanza la Cuaresma, este desierto nuestro y camino de preparación y de búsqueda confiada del Dios de la misericordia, para renovar en la gran fiesta de la Pascua todo lo que supone ser bautizados y ungidos con el Espíritu Santo. La conversión que se nos pide en este tiempo es sobre todo una vuelta a Cristo, un cambio radical de mentalidad; creer de verdad que la Buena Noticia es real, que es causa de felicidad y que lo es para todos nosotros.

Feliz y santa cuaresma.

J. Javier García, sacerdote

Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"