Domingo V de Pascua.

MONICIÓN DE ENTRADA

Sed todos bienvenidos a la Eucaristía. Os saludamos con alegría. La Pascua así nos lo pide. Seguimos recorriendo esta Pascua de 2012 camino hacia Pentecostés. La Palabra de Dios que vamos a escuchar hoy viene a cuestionarnos si nuestra vida está entroncada en Dios, o solamente usamos discursos importantes para justificar la ausencia del Señor en ella. La cuestión no puede estar más clara: se trata de dar frutos y permanecer en Él. Jesús añade que Él es la Vida, nosotros los sarmientos, y el Padre el viñador. Y es que no podremos celebrar la alegría de la Pascua si no nos sentimos unidos a Jesús y compañeros totales suyos en la tarea de la Redención. Tengamos en cuenta, además, que muchos hermanos nuestros esperan, en estos tiempos tan malos, nuestras obras, las ayudas que impulsan el amor y la fe en Dios. Y eso es dar fruto, como los buenos racimos de una vid divina que quiere ser solidaria con todos. Esto nos concierne a todos. Hay que reflexionar cómo son nuestros frutos y cómo es nuestra permanencia personal cerca de Dios.

1ª LECTURA: LECTURA DEL LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 9, 26-31

En aquellos días, llegado Pablo a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos, porque no se fiaba de que fuera realmente discípulo. Entonces Bernabé se lo presentó a los apóstoles.

Saulo les contó como había visto al Señor en el camino, lo que le había dicho y como en Damasco había predicado públicamente el nombre de Jesús.

Saulo se quedó con ellos y se movía libremente en Jerusalén predicando públicamente el nombre del Señor. Hablaba y discutía también con los judíos de lengua griega, que se propusieron suprimirlo. Al enterarse los hermanos lo bajaron a Cesaréa y le hicieron embarcarse para Tarso.

Entre tanto la Iglesia gozaba de paz en toda Judea, Galilea y Samaria. Se iba construyendo y progresaba en la fidelidad y se multiplicaba animada por el Espíritu Santo.

Palabra de Dios


SALMO RESPONSORIAL. SALMO 21

R.- EL SEÑOR ES MI ALABANZA EN LA GRAN ASAMBLEA.
Cumpliré mis votos delante de sus fieles.
Los desvalidos comerán hasta saciarse,
alabarán al Señor los que le buscan:
viva su corazón por siempre. R.-

Lo recordarán y volverán al señor
hasta de los confines de la tierra;
en su presencia se postrarán
las familias de los pueblos.
Ante él se postraran las cenizas de la tumba,
ante él se inclinaran los que bajan al polvo. R.-

Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá,
hablaran del Señor a la generación futura,
contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:
todo lo que hizo el Señor. R.-

2ª LECTURA: LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN JUAN 3, 18-24

Hijos míos, no amemos de palabra ni de boca, sino con obras y según la verdad. En esto conoceremos que somos de la verdad, y tranquilizaremos nuestra conciencia ante Él, en caso de que condene nuestra conciencia, pues Dios es mayor que nuestra conciencia y conoce todo. Queridos, si la conciencia no nos condena, tenemos plena confianza ante Dios; y cuanto pidamos lo recibiremos de él, porque guardamos sus mandamientos y hacemos lo que le agrada.

Y este es su mandamiento que creamos en el nombre de su Hijo Jesucristo, y que nos amemos unos a otros tal como nos lo mandó. Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él; en esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio.

Palabra de Dios

ALELUYA Jn 15, 4.5b

Permaneced en mí y yo en vosotros, dice el Señor, el que permanece en mí da fruto abundante.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 15, 1-8

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:

-- Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo poda para que dé mas fruto. Vosotros estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mi y yo en él, ése da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí, lo tiran fuera, como al sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pediréis lo que deseéis, y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos.

Palabra del Señor

Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"