Benedicto XVI: La fe es adherirse a quien me da confianza y esperanza

El hombre que paradójicamente vive hoy desorientado necesita “amor, sentido y esperanza”. Lo afirmó el Papa al referirse al sentido de la fe en un mundo científico y tecnológico. La fe –dijo– es el fundamento para afrontar las dificultades de la vida. De ahí la necesidad de creer en el amor de Dios. Amor “inmune a nuestra malicia”, capaz de redimirnos de toda esclavitud
Así resumió Benedicto XVI estos conceptos en nuestro idioma para los numerosos fieles y peregrinos procedentes de América Latina y de España que se dieron cita el pasado Miércoles a las 10,30 en la Plaza de San Pedro, para escuchar su catequesis y recibir su bendición.

  Queridos hermanos y hermanas:
En esta catequesis deseo contestar a la pregunta ¿qué es la fe y qué sentido tiene en un mundo de ciencia y técnica? Es paradójico que a pesar de tantos logros el hombre no haya crecido en humanidad, que se sienta desorientado en cuestiones fundamentales de la existencia. En efecto, el saber científico no basta, necesitamos amor, sentido, esperanza, un fundamento que nos ayude en la dificultad. La fe es eso, encomendarse a Aquel que nos da una certeza distinta, pero igualmente sólida, Dios. No es, por tanto, el mero aceptar una serie de verdades, sino adherirse a quien me da esperanza y confianza. Lógicamente, al revelarse, Dios ha llenado de contenido la fe, pues mostrándose en Cristo, ha manifestado su amor en la Cruz. La fe es creer en ese amor inmune a nuestra malicia, que es capaz de redimir toda esclavitud y darnos la salvación. Confiar en este amor conlleva también saber que es un don que hemos recibido, que no merma nuestra libertad ni nuestra inteligencia, sino que las exalta.
Durante esta audiencia, una delegación de Panamá presentó al Santo Padre tres imágenes de la Virgen de Santa María la Antigua, Patrona de Panamá, con ocasión del 500° Aniversario de la creación de la primera diócesis en tierra firma en el Continente Americano. 
Presentaron las imágenes al Pontífice Mons. José Luis Lacunza, presidente de la Conferencia Episcopal panameña; Mons. José Domingo Ulloa, Arzobispo de Panamá; Mons. José Dimas Cedeño, Arzobispo emérito de Panamá, y el Obispo del Vicariato Apostólico del Darién, todos ellos acompañados por numerosos sacerdotes y laicos de esta nación centroamericana.
Al saludar a los peregrinos de lengua española el Papa los invitó a pedir que el Espíritu Santo mueva los corazones para que podamos proclamar nuestra fe con alegría:
  Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española, en particular a los queridos hijos de Panamá, a quienes encomiendo a la amorosa protección de Santa María La Antigua, para que sean valientes misioneros del Evangelio de su Hijo, de palabra y con el propio ejemplo de vida. Dirijo también un afectuoso saludo a los grupos provenientes de España, México, Argentina y otros países latinoamericanos. Invito a todos a pedir que el Espíritu Santo mueva los corazones y los dirija a Dios, para que juntos podamos con alegría proclamar nuestra fe. Muchas gracias.


Fuente: NEWS.va

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