Solemnidad de Pentecostés

«Este mes de María nos invita a multiplicar cotidianamente los actos de devoción e imitación de la Madre de Dios. ¡Recen el Rosario cada día! ¡Dejen que la Virgen Madre posea su corazón, encomendándole lo que son y tienen! Y Dios será todo en todos»

Domingo de Pentecostés C

Efusión.
En el día de Pentecostés, el Señor resucitado, sentado a la derecha del Padre, envió el Espíritu Santo a sus discípulos reunidos en el cenáculo. Por el sacramento de la Confirmación, los bautizados reciben también una, efusión especial del Espíritu Santo, como aquella que fue concedida a los Apóstoles en Pentecostés. Por la fuerza del Espíritu Santo, Pedro y los apóstoles predicaron el Evangelio hasta los confines de la tierra.
La Confirmación, sacramento del Espíritu Santo, concede al cristiano una fuerza especial para dar testimonio de la fe cristiana con firmeza y con íntima convicción. Esa fuerza se requiere para defender la fe y para vencer a los enemigos exteriores: el demonio, el mal ejemplo, las malas inclinaciones, el mal que existe en el mundo y también las persecuciones, abiertas o solapadas, que se desatan contra los cristianos. La Además, la Confirmación da vigor para colaborar en la santificación del mundo y actuar como apóstol allí donde vive y trabaja.

El poder del Espíritu Santo
Cuando el Espíritu Santo descienda sobre vosotros, recibiréis fuerza (Hacha I, 8). Abramos nuestros corazones al poder del Espíritu de Cristo ya la riqueza de sus dones. Pero, ¿qué es este “poder" del Espíritu Santo? Es el poder de la vida de Dios. Es el poder del mismo Espíritu que se cernía sobre las aguas en el alba de la creación y que, en la plenitud de los tiempos, levantó a Jesús de la muerte. Es el poder que nos conduce, a nosotros ya nuestro mundo, hacia la llegada del Reino de Dios (Benedicto XVI).
Este "poder" fortalece la fe y la vida sobrenatural recibida en el Bautismo; concede la ayuda necesaria para no dejarse arrastrar por las tentaciones o por un ambiente contrario al&, fe ya la moral de Jesucristo; introduce más profundamente la filiación divina; une más fuertemente con Cristo y hace más perfecto el vínculo con su Iglesia; en fin, fortalece en el alma los dones del Espíritu Santo.

Fuente de vida
La .fuerza del Espíritu Santo jamás cesa de llenar de vida a la Iglesia. A través de la gracia de los Sacramentos de la Iglesia, esta .fuerza fluye también en nuestro interior; como un río subterráneo que nutre el espíritu y nos atrae cada vez más cerca de la .fuente de nuestra verdadera vida, que es Cristo (Benedicto XVI). San Ignacio de Antioquía describió la fuerza del Espíritu como una fuente de agua viva que surge en su corazón y susurra: Ven, ven al Padre.
Como fuente de nuestra vida nueva en Cristo, el Espíritu Santo es también el alma de la Iglesia, el amor que nos une al Señor y entre nosotros y la luz que abre nuestros ojos para ver las maravillas de la gracia de Dios que nos rodean. En la fiesta de hoy, pidamos que la fuerza del Espíritu Santo reavive la gracia de la Confirmación que recibimos un día. Que el Espíritu derrame sus dones abundantemente sobre nosotros para que seamos renovados en el espíritu de sabiduría e inteligencia, de consejo y fortaleza, de ciencia, de piedad y de santo temor de Dios.

TEXTOS
Monición de entrada
Hoy, solemnidad de Pentecostés, celebramos la culminación de la Pascua. El Señor Jesús nos envía desde el Padre el don de su Espíritu. El Espíritu Santo que los profetas anunciaron y Cristo nos prometió. El Espíritu Santo que dio a la Iglesia naciente su primer impulso y constantemente actúa en ella. El Espíritu Santo que nos da el convencimiento de la fe y nos congrega, en la unidad; que llena el universo con su presencia y promueve la verdad, la bondad y la belleza; que alienta en la humanidad la firme esperanza de una tierra nueva.

Acto penitencial
-Que tu Espíritu nos convierta: Señor, ten piedad.
-Que tu Espíritu nos purifique: Cristo, ten piedad.
-Que tu Espíritu nos renueve: Señor, ten piedad.

Oración colecta
Oh Dios, que por el misterio de Pentecostés santificas a tu Iglesia, extendida por todas las naciones, derrama los dones de tu Espíritu sobre todos los confines de la tierra y no dejes de realizar hoy, en el corazón de tus fieles, aquellas mismas maravillas que obraste en los comienzos de la predicación evangélica. Por nuestro Señor Jesucristo.

Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-11
Todos los discípulos estaban juntos el día de .Pentecostés. De repente un ruido del cielo, como de un viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban. Vieron aparecer unas lenguas, como llamaradas, que se repartían, posándose encima de cada uno. Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron a hablar en lenguas extranjeras, cada uno en la lengua que el Espíritu le sugería. Se encontraban entonces en Jerusalén judíos devotos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron desconcertados, porque cada uno los oía hablar en su propio idioma. Enormemente sorprendidos preguntaban: -¿No son galileos todos esos que están hablando? Entonces, ¿cómo es que cada uno los oímos hablar en nuestra lengua nativa? Entre nosotros hay partos, medos y elamitas, otros vivimos en Mesopotamia, Judea, Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia o en Panfilia, en Egipto o en la zona de Libia que limita con Cirene; algunos somos forasteros de Roma, otros judíos o prosélitos; también hay cretenses y árabes; y cada uno los oímos hablar de las maravillas de Dios en nuestra propia lengua. Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.

Salmo responsorial Sal. 103
L.- Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
R.- Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
L.- Bendice, alma mía, al Señor. ¡Dios mío que grande eres ! Cuántas son tus obras, Señor;
     la tierra está llena de tus criaturas. R.- R.- Envía tu espíritu, Señor…
L.- Les retiras el aliento, y expiran, y vuelven a ser polvo; envías tu aliento y los creas,
     y repueblas la faz de la tierra. R.- Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.
L.- Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras. Que le sea agradable mi poema,
     y yo me alegraré con el Señor. R.- Envía tu espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra.

Lectura de la primera carta del Apóstol San Pablo a los Corintios 12,3b-7.12-13.
Hermanos: Nadie puede decir «Jesús es Señor», si no es bajo la acción del Espíritu Santo. Hay diversidad de dones, pero un mismo Espíritu; hay diversidad de servicios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de funciones, pero un mismo Dios que obra todo en todos. En cada uno se manifiesta el Espíritu para el bien común. Porque, lo mismo que el cuerpo es uno y tiene muchos miembros, y todos los miembros del cuerpo, a pesar de ser muchos, son un solo cuerpo, así es también Cristo. Todos nosotros, judíos y griegos, esclavos y libres, hemos sido bautizados en un mismo Espíritu, para formar un solo cuerpo. y todos hemos bebido de un solo Espíritu. P. de D.

+ Lectura del santo Evangelio según San Juan 20, 19-23.
Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas, por miedo a los judíos. En esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: -Paz a vosotros. y diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: -Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo. y dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: -Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos. Palabra del Señor. Gloria a Ti, Señor, Jesús.

Oración de los fieles
Celebrante: En esta Solemnidad de Pentecostés pidamos al Padre para que nos envíe su Espíritu,  renueve su Iglesia y transforme la faz de la tierra, diciendo: Danos, Señor, tu Espíritu
1-.Por quienes formamos la Iglesia: por nuestros pastores,  por los religiosos y religiosas, por todos los cristianos y cristianas, para que hagamos de la Iglesia un hogar cálido en el que la fe puede crecer y fructificar en bien de toda la sociedad. Oremos.
2.- Por los Movimientos de Apostolado Seglar y Acción Católica,  para que vivamos el ardor de apóstoles que procede de nuestro bautismo, y seamos así testigos valientes de Jesucristo y su Evangelio entre las personas con las que vivimos y trabajamos. Oremos.
3.- Por los Movimientos Juveniles y por todos los jóvenes, para que vivamos atentos a la Palabra de Dios, construyendo nuestras vidas sobre los auténticos valores del Evangelio y los anunciemos a los demás jóvenes. Oremos.
4.- Por los Movimientos Infantiles y por todos los niños y niñas, para que con la ayuda de los adultos y de los jóvenes conozcamos mejor a Jesús y vaya creciendo en nuestros corazones la
semilla de la fe. Oremos.
5.- Por los Movimientos Familiares y por todos los padres y madres de familia, para que nos esforcemos en hacer crecer la semilla de la fe en nosotros, en nuestros hogares, y podamos ayudar a que germine y crezca en nuestros hijos e hijas. Oremos.
6. Por nuestras Iglesias Diocesanas, para que sigan poniendo sus esfuerzos en promover y formar cristianos laicos, adultos, militantes y corresponsables, que renueven nuestras comunidades parroquiales y vivan en medio del mundo siendo sembradores de las semillas del Reino. Oremos.
7. Por quienes participamos en esta Eucaristía, por los más pobres de nuestro mundo para que
su grito sea escuchado y provoque en nosotros una reacción de solidaridad y compromiso por la justicia. Oremos
Celebrante: Dios, Padre nuestro; tu Espíritu ora con nosotros, dentro de nosotros; escucha la oración de tu Iglesia, morada suya, y concédenos lo que el mismo Espíritu nos sugiere pedirte. Por J. n.  Señor.

Oración sobre las ofrendas
Te pedimos, Señor, que según la promesa de tu Hijo, el Espíritu Santo nos haga comprender  la realidad misteriosa de este sacrificio y nos lleve al conocimiento pleno de toda la verdad revelada. Por J. nuestro Señor.

Oración después de la comunión
Oh Dios, que has comunicado a tu Iglesia los bienes del cielo, conserva los dones que le has dado, para que el Espíritu Santo sea siempre nuestra fuerza y la eucaristía que acabamos de recibir acreciente en nosotros la salvación. Por J. nuestro S.

Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"