Detente, mira y vuelve.

Así empezaba la meditación en el último día de charlas cuaresmales de esta semana como preparativo necesario para los Cofrades y quienes con gran gozo y fe viviremos cada uno de los actos de la Semana Santa.

Y con estas palabras, nuestro conferenciante y cofrade D. José Ramón Bascarán quiso empezar la meditación haciendo referencia a la homilía que el Papa Francisco celebró el pasado día de Miércoles de Ceniza, recordándonos que "la Cuaresma es tiempo rico para desenmascarar tentaciones y dejar que nuestro corazón vuelva a latir al palpitar del Corazón de Jesús".

“Desconfianza, apatía y resignación son los tres demonios que cauterizan y paralizan el alma del pueblo creyente” afirmaba Francisco, señalando tres palabras guía para 'recalentar el corazón creyente': "Detente, mira y vuelve".

“Vuelve a la casa de tu Padre” dijo finalmente el Santo Padre. "Sin miedo", vuelve a los brazos de un Padre “rico en misericordia”, recordando que éste es el “tiempo para dejarse tocar el corazón” y “experimentar la ternura sanadora y reconciliadora de Dios”. “Deja que el Señor sane las heridas del pecado y cumpla la profecía hecha a nuestros padres: 'Les daré un corazón nuevo y pondré en ustedes un espíritu nuevo'.

Y no hay mejor forma de conseguir ese corazón nuevo que seguro todos andamos buscando, que a través del sacramento de la confesión. Así pues, detengámonos un momento, miremos en nuestro interior haciendo un profundo examen de conciencia, dejemos que el dolor y la verguenza por nuestros pecados quede a un lado y volvamos a los brazos de un Padre que nos mira y nos perdona siempre. Pues como nos recordaba el Papa Francisco, "¡Es una gran gracia! Avergonzarnos de nuestros propios pecados y, de esa forma, recibir el perdón y la gracia de la generosidad para dar ese perdón a los demás". Es bueno sentir un poquito de verguenza sobre nuestras faltas, de acercarse a Dios, confesarnos y a partir de ese momento sentirse libres, puros, limpios.

"Detengámonos un momento ante él, mirémosle y volvamos a él. El Señor nos dará un nuevo corazón".


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