Domingo XVII del T. Ordinario B "Santiago Apóstol"

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Recibid nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía. Celebramos hoy la Solemnidad de Santiago Apóstol. Impresiona ver cómo dejaban todo aquellos a quienes Jesús llamaba para estar junto a Él. Eran los Apóstoles ¡Qué imán tan especial debía tener Jesús! Y es que, a Jesús, cuando se le conoce, ya no se puede dejar: solo seguirlo y amarlo. Santiago Apóstol es el Padre de la fe de una gran familia que habla español y portugués. Todos, en España y en Iberoamérica le debemos algo. En el siglo primero de nuestra era ya estaba Santiago por tierras de Hispania expandiendo la Palabra de Dios.
Y ante sus dificultades se le apareció sobre un Pilar la Virgen María y ello enlaza con otra enorme devoción de todos los hispanos: la de la Virgen del Pilar. Iniciemos pues con júbilo nuestra celebración.

Acto penitencial

- Tú, que llamaste a Santiago para que dejara las redes y alentara a los que peregrinan hacia ti: Señor, ten piedad. R/.

- Tú, que elegiste a Santiago para estar contigo en el Tabor y en Getsemaní: Cristo, ten piedad. R/.

- Tú, que enviaste a los apóstoles con la fuerza del Espíritu para que nos anunciasen el perdón de los pecados: Señor, ten piedad. R/.

Oración Colecta

Dios Todopoderoso y eterno, que consagraste los primeros trabajos de los apóstoles con la sangre de Santiago, haz que por su martirio, sea fortalecida tu Iglesia, y, por su patrocinio, España se mantenga fiel a Cristo hasta el final de los tiempos. Por Jesucristo Nuestro Señor

Lectura del libro de los hechos de los apóstoles (4, 35; 5, 12.27-33; 12,2)

En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó: - ¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ese? En cambio habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de este hombre. Pedro y los apóstoles replicaron: - Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó haciéndole jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos somos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen. Esta respuesta les exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Palabra de Dios.

Salmo responsorial (Sal 66)

V/. Oh dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben

R.- Oh dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben

V/. El Señor tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación. R/.

V/. Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justicia, riges los pueblos con rectitud, y gobiernas las naciones de la tierra. R/.

V/. La tierra ha dado su fruto, nos bendice el Señor, nuestro Dios. Que Dios nos bendiga; que le teman hasta los confines del orbe. R/.

Lectura de la segunda carta del apóstol san pablo a los corintios (4, 7-15) 

Hermanos: El tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no procede de nosotros. Nos aprietan por todos los lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está Textos litúrgicos actuando en nosotros, y la vida en vosotros. Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: “Creí, por eso hablé”, también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuando más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios. Palabra de Dios

Aleluya, Aleluya, Aleluya

Astro brillante de España, apóstol Santiago, tu cuerpo descansa en paz, tu gloria pervive entre nosotros. R/.

Lectura del santo evangelio según san mateo (20, 20- 28)

En aquel tiempo se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: - ¿Qué deseas? Ella contestó: - Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y otro a tu izquierda. Pero Jesús replicó: - No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber? Contestaron: - Lo somos. Él les dijo: - Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre. - Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús reuniéndolos les dijo: - Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros; el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos. Palabra del Señor.

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