A las diez de la mañana Su Santidad celebró la Hora Media en la catedral de Milán con los sacerdotes, religiosas y religiosos, monjas de clausura y seminaristas, a quienes dirigió una homilía. En sus palabras, el Papa comenzó diciéndoles:
Nos hemos reunido en oración, para responder a la invitación del Himno ambrosiano de la Hora Tercia: Jesús Señor sube, injuriado a la cruz. Es una clara referencia a la amorosa obediencia de Jesús a la voluntad del Padre. El misterio pascual ha dado inicio a un tiempo nuevo: la muerte y resurrección de Cristo recrea la inocencia en la humanidad y hace que brote la alegría.
Nos hemos reunido en oración, para responder a la invitación del Himno ambrosiano de la Hora Tercia: Jesús Señor sube, injuriado a la cruz. Es una clara referencia a la amorosa obediencia de Jesús a la voluntad del Padre. El misterio pascual ha dado inicio a un tiempo nuevo: la muerte y resurrección de Cristo recrea la inocencia en la humanidad y hace que brote la alegría.