A san Josemaría le conmovía la escena que nos narra este pasaje del Evangelio: “Jesús convive con sus discípulos, los conoce, contesta a sus preguntas, resuelve sus dudas. Es sí, el Rabbí, el Maestro que habla con autoridad, el Mesías enviado de Dios. Pero es a la vez asequible, cercano. Un día Jesús se retira en oración; los discípulos se encontraban cerca, quizá mirándole e intentando adivinar sus palabras. Cuando Jesús vuelve, uno de ellos pregunta: Domine, doce nos orare, sicut docuit et Ioannes discípulas suyos; enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos”.
Domingo XVII de T. Ordinario C 2022
Monición de entrada
Convocados para escuchar la Palabra de Cristo y alimentarnos con su Cuerpo y Sangre, las lecturas de hoy nos invitan a reflexionar sobre la oración, que es la vida del Espíritu Santo en nosotros. Que esta celebración sea ya la oración suprema, donde, como comunidad, oramos con Cristo, realmente presente en medio de su pueblo en la acción de gracias al Padre, que quiere que seamos sal y luz para el mundo.
Domingo de Pascua
Domingo III del T. Ordinario
Monición de entrada
Nos reunimos para celebrar la eucaristía, sacramento de la unión del cuerpo de Cristo que es la Iglesia. Esto se realiza acogiendo en nosotros al Señor que se hace primero palabra y después alimento. De este modo encarnamos la palabra de vida que nos es proclamada en cada misa. Preparémonos para celebrar intensamente este misterio de comunión.
El Espíritu del Señor está sobre mí
Haced lo que Él os diga
"Tú, al contrario, has reservado el vino bueno hasta ahora". A los que confían en el poder de Jesús y en la intercesión de la Virgen María, les espera el mejor vino, el del amor de Dios y la salvación eterna.
Él os bautizará con el Espíritu Santo
Y sucedió que, cuando todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado; y, mientras oraba, se abrieron los cielos, bajó el Espíritu Santo sobre él con apariencia corporal semejante a una paloma y vino una voz del cielo: «Tú eres mi Hijo, el amado; en ti me complazco».
Domingo IIº después de Navidad
Monición de entrada
Cuando un silencio apacible lo envolvía todo y la noche llegaba a la mitad de su carrera, tu Palabra omnipotente, Señor, se lanzó desde el cielo, desde el trono real. Hoy, segundo domingo después de Navidad, seguimos conmemorando el nacimiento de Cristo. Con aquella su primera venida en carne moral dio comienzo este nuevo tiempo, que perdurará hasta que él vuelva.