Queridos diocesanos:
Me alegra dirigirme a la gran familia diocesana, formada por todos los hombres de la mar y sus seres queridos, para hacerle llegar con sincero afecto mi más cordial felicitación.
En esta ocasión, al celebrar el Año Santo Compostelano, recordamos de manera especial a aquel marinero de Galilea, Santiago el Mayor, cuya memoria y tumba guarda celosamente nuestra Iglesia diocesana. Él fue quien trajo el mensaje del Evangelio a nuestras tierras, dejándonos la tradición apostólica que fundamenta nuestra fe. Una fe que hemos de animar en nuestros días, recordando la predilección y el afecto que Jesús y su Madre María manifestaron a aquellos pescadores, a los que el Maestro eligió para hacerlos sus apóstoles predilectos, poniendo en sus manos la continuación de su obra salvadora a través de la fundación de la Iglesia y diciéndoles: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio...”
La Iglesia y las gentes de la mar
Vosotros, queridos marineros, sois protagonistas del mundo de la mar, marcados por las huellas del duro y arriesgado trabajo, ausentes tantas veces de la familia, de la sociedad y de la vida eclesial. Navegando por todos los océanos del mundo, con largas y exigentes singladuras ganáis sacrificadamente el sustento de vuestras familias. Sabéis que nuestra Diócesis cuenta con muchos kilómetros de costa. En este sentido, una de las preocupaciones de la Iglesia Diocesana es promover actividades orientadas a las gentes de la mar y sus familias. Estas actividades las realiza el Apostolado del Mar, prestando asistencia espiritual y también –en diversas ocasiones– ayuda material, sobre todo a tripulaciones abandonadas y carentes de recursos. El Concilio Pastoral de Galicia se hizo eco de vuestros problemas humano-religiosos, acordando que “la Iglesia se hará presente en este sector con el fin de cumplir con su misión evangelizadora por medio de una atención pastoral específica, tanto a bordo como en los puertos, con sacerdotes que muestren vocación por este apostolado; promocionará a laicos capaces de asumir funciones de animadores cristianos en su ambiente; se preocupará por las familias marineras y apoyará iniciativas orientadas a una mayor dignificación de la vida y trabajo en el sector. Y finalmente potenciará el Apostolado que pueda responder mejor a las necesidades actuales” (Concilio Pastoral Gallego 16, 16).
+Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela
Fuente: Carta Pastoral - Virgen del Carmen 2010
Salve lucente Estrela,
Nosa Señora,
Nai garimosa,
Virxe do Carme
Luz mariñeira,
Esperanza nosa.
Salve María.