Lectura del santo evangelio según san Lucas (14,25-33):
En aquel tiempo, mucha gente acompañaba a Jesús; él se volvió y les dijo: «Si alguno se viene conmigo y no pospone a su padre y a su madre, y a su mujer y a sus hijos, y a sus hermanos y a sus hermanas, e incluso a sí mismo, no puede ser discípulo mío. Quien no lleve su cruz detrás de mí no puede ser discípulo mío. Así, ¿quién de vosotros, si quiere construir una torre, no se sienta primero a calcular los gastos, a ver si tiene para terminarla? No sea que, si echa los cimientos y no puede acabarla, se pongan a burlarse de él los que miran, diciendo: “Este hombre empezó a construir y no ha sido capaz de acabar.”
¿O que rey, si va a dar la batalla a otro rey, no se sienta primero a deliberar si con diez mil hombres podrá salir al paso del que le ataca con veinte mil? Y si no, cuando el otro está todavía lejos, envía legados para pedir condiciones de paz. Lo mismo vosotros: el que no renuncia a todos sus bienes no puede ser discípulo mío.»
NOTAS BÍBLICAS:
Este discurso de Jesús a la gente que le "acompaña" tiene cuatro puntos:
1. Primero afirma, como ya ha hecho antes en 9, 59-62 que la relación con Él tiene prioridad sobre la relación con la familia. Usa un semitismo que puede ser traducido por "odiar", pero más acertadamente por "posponer": ...y no pospone a su padre... Llama la atención que Lucas no mencione "posponer al marido", cuando sí lo dice de la mujer, aunque evidentemente el sentido del texto lo incluye.
2. El "posponer" incluye a uno mismo, que ha de cargar con su propia cruz. Jesús ya dio esta enseñanza en Lucas 9, 23: ver el comentario explicativo.
3. En tercer lugar pone dos comparaciones en las que se acomete una empresa sin haber previsto las posibilidades, lo cual tiene como consecuencia una pérdida de honor, algo esencial en la cultura mediterránea. Era frecuente que los maestros invitaran a los candidatos a medir su capacidad para el discipulado antes de emprenderlo.
4. Por último, insiste en la necesaria renuncia a los bienes cara al seguimiento, un aspecto resaltado por Lucas en numerosas ocasiones.
COMENTARIOS DESDE LOS NECESITADOS
(mujer, casada, con cuatro hijos, voluntaria de Cáritas)
El evangelio de este domingo resulta duro, pues Jesús se muestra muy exigente con nosotros.
Desde mi convivencia con personas necesitadas, he podido experimentar que, ellas son las que más se aproximan a vivir, como nos pide Jesús en la lectura de hoy.
No se trata de que demos tan solo lo material (por cierto desde nuestra posición acomodada nos es más fácil) sino de que entreguemos, como he visto en tantas personas sencillas, nuestro tiempo, lo que somos y los dones que llevamos dentro.
Todos tenemos algo que aportar y ofrecer a los demás y, lo propio deja de ser de uno cuando el otro lo necesita.
Pidámosle a Jesús que no renunciemos a vivir con esa radicalidad, pues si lo ponemos en el centro de nuestra vida, iremos dando pasos hacia esa meta.