El Señor, no según mis merecimientos, sino según su infinita misericordia, ha querido que yo ocupara este lugar y me dedicara al ministerio pastoral; por ello debo tener presente dos cosas, distinguiéndolas bien, a saber: que por una parte soy cristiano y por otra soy obispo. El ser cristiano se me ha dado como don propio; el ser obispo, en cambio, lo he recibido para vuestro bien. Consiguientemente, por mi condición de cristiano debo pensar en mi salvación, en cambio, por mi condición de obispo debo ocuparme de la vuestra.
En la Iglesia hay muchos que, siendo cristianos pero sin ser obispos, llegan a Dios; ellos andan, sin duda, por un camino tanto más fácil y con un proceder tanto menos peligroso cuanto su carga es más ligera. Yo, en cambio, por ser cristiano deberé dar cuenta a Dios de mi propia vida; por ser obispo deberé dar cuenta de mi ministerio.
En la Iglesia hay muchos que, siendo cristianos pero sin ser obispos, llegan a Dios; ellos andan, sin duda, por un camino tanto más fácil y con un proceder tanto menos peligroso cuanto su carga es más ligera. Yo, en cambio, por ser cristiano deberé dar cuenta a Dios de mi propia vida; por ser obispo deberé dar cuenta de mi ministerio.
San Agustín (Oficio de hoy)
Fuente: Pastoral Santiago