El Apóstol Santiago, testigo él y mártir temprano del evangelio de Jesucristo, nos remite primordialmente a la fe, que necesitamos reavivar, estimular, enardecer con el ardor y el coraje de una nueva evangelización para acercar notablemente “el hoy contemporáneo” al “hoy eterno de Dios”. Esto exige disponibilidad plena a los designios de Dios Padre, fidelidad amorosa a su Hijo Jesucristo, obediencia a la acción iluminadora y santificadora de su Espíritu, y humilde intrepidez para aceptar el honor del rechazo o de la acogida que libremente los hombres pueden tener en relación a Cristo.
Homilía de D. Julián Barrio
Catedral de Santiago, 30/12/2010
ALBUM "CLAUSURA DO ANO SANTO COMPOSTELANO 2010" (Picasa Google)