«Nadie se lo cree. Es un milagro», dice la madre, Noelia Cortizo. Su padre, Joaquín Molanes, escribe el día a día de la joven en un blog, El milagro de Andrea. Desde el pasado día 22, la chica, de 16 años, está ya en su casa de Cangas, con su familia. Anteayer reinició su rehabilitación, que previsiblemente se prolongará año y medio. Si nada se tuerce, se recuperará totalmente.
En septiembre, para sorpresa general, la adolescente despertó del coma en el que había entrado el 20 de mayo, cuando se quedó inconsciente al zambullirse en el agua de la playa de O Canabal, a la que había ido a bañarse con sus amigas.
Andrea, buena nadadora, no recuerda qué le pasó aquel día. Entró en el mar y al poco estaba boca abajo sobre el agua. Pasados unos minutos, las amigas se sobresaltaron. La llamaron y no respondía. Un señor intentó reanimarla, sin éxito. La joven echaba espuma por la boca, pero no respiraba. La ambulancia tardó más de media hora en llegar al arenal.
El despertar del coma fue lento. «No como en las películas», dice su madre. Empezó entreabriendo los ojos, aunque incapaz de seguir el movimiento con la mirada.
Fuente: Pastoral Santiago, La Voz de Galicia.