Pues lo hacen en España cerca de 100.000 niños. Únete, son chavales estupendos.
- No estamos hablando de eso de pedir el aguinaldo; no. Estamos hablando de salir a regalar estrellas doradas a las personas que pasean en vísperas de Navidad sin pedir a cambio nada. Es formidable. Los que pasan por la calle no se lo creen, pero son gratis.
- Pero ¿de verdad que no has salido con los famosos SEMBRADORES DE ESTRELLAS por las calles, las casas, las tiendas de tu pueblo, o de la ciudad en la que vives?
- Jesús está deseando llenar de alegría este mundo triste. ¿De quién se puede valer para alegrar a las personas que lo habitan? Pues de los niños y niñas majos de esta tierra, o sea, de ti y de los que son como tú.
- Y se le ha ocurrido este invento de que salgáis cantando por las calles, felicitando a los que pasan con la cara larga, o con la cara corta, y que les regaléis, de su parte, una estrella adhesiva que sea como una sonrisa en la solapa o en el abrigo de todos.
- Decidnos si no es esto muy parecido a convertiros en ángeles que anuncian con cantos y estrellas que Jesús vive entre nosotros, como lo hicieron aquellos de Belén. Y decidnos si no es estupendo que la gente escuche este mensaje a través de los nuevos mensajeros de la Nueva Navidad, o sea, vosotros.
- Ponte de acuerdo con tus amigos y sal a cambiar las caras tristes en caras alegres; sal a repartir estrellas. Tú también te sentirás como nuevo, como mensajero de una noticia importante; «Jesús ha nacido». Y es que tú y nosotros lo sabemos, pero a otros muchos hay que recordárselo.
¿Te apuntamos ya para la Campaña Sembradores de Estrellas?
HISTORIA
¿Por qué nace Sembradores de Estrellas hace más de 30 años?
En primer lugar queríamos enseñar a la gente, y enseñarnos a nosotros, que en esta vida vale la pena dar algo a cambio de nada. No queríamos salir a la calle a ganarnos la propina de nadie –y hay que recordar aquí la costumbre de pedir el aguinaldo cuando las Navidades se acercan-; salíamos a decir a la gente que nos alegraba poderles regalar ese don chiquitito y brillante que era nuestra estrella. Los misioneros son así ¿no? Son gente que va a darlo todo sin tener en cuenta lo que va a recibir. Pues nosotros como ellos.
La otra razón era también muy misionera: si en el DOMUND habíamos salido a las calles para pedir a los peatones su ayuda para las misiones, en Navidad salíamos para agradecer en nombre de los misioneros la aportación que entonces les entregaron. Eso lo explicábamos en unas octavillas que entregábamos al tiempo que nuestras estrellas.
Los comienzos fueron estupendos
Entonces se daba mucha menos propaganda en las calles y había bastantes recaudaciones diversas para obras de tipo asistencial. Cualquiera que nos veía avanzar pensaba, no sin razón, que le íbamos a pedir dinero, que le íbamos a “saquear”.
¡Qué va! Daba gusto, por ejemplo, pensar que en todas las otras entradas de las estaciones de metro estaban, como nosotros, unos amigos que repartían sus estrellas y que copábamos Madrid.
Nos pasó el primer año que un señor se empeñó en dar una propina al grupo que le regaló la estrella. Le dijeron que los regalos no se cobran y entendió. Estaban a la puerta de una cafetería de la calle Juan Bravo en la que entró. Al salir dijo al grupo: -“Chavales no os vayáis de aquí sin tomar un desayuno que he dejado pagado para vosotros”; y, según nos contaron, fue un desayuno de fiesta.
Después de eso vino el encontrarnos en algunas plazas juntos, los que habíamos estado repartidos por la ciudad; y de ahí pasamos a celebrar una fiesta en algunas plazas de ciudades de España. En Madrid lo hacíamos en la Puerta del Sol. Globos, bailes, escenificaciones de Navidad y fiesta misionera en toda regla. A varios alcaldes les gustó, sin duda aquello, porque nos visitaron, nos acompañaron y nos animaron con sus palabras.
¿Y hoy?
Pues hoy sigue todo eso con la riqueza añadida de la experiencia. Hoy resulta que reciben nuestras estrellas personas que las repartieron cuando eran más jóvenes. Hoy este reparto lo conocen muchos y no hay que explicar tanto. Pasan de 10 millones las estrellas que imprimimos.
¿Y falta algo?
Falta que se vayan animando cada día más niños y niñas, y más jóvenes, que anuncien en las calles el sentido hermoso de la Navidad.
Y falta deciros que es una alegría inmensa veros en las calles llevar, como nuevos misioneros, la noticia de la presencia de Jesús entre nosotros.
PREPARACIÓN
Sentido misionero
Salir por las calles a ser “Sembradores de Estrellas” es una actividad llena de alegría y gratuidad. Experimentar la ternura que Dios siente por nosotros, tan palpable en el nacimiento de Jesús, nos mueve a transmitir a los demás ese mensaje de amor, con el deseo de construir entre todos unmundo donde reine la paz.
Ser “Sembradores de Estrellas” es mucho más que una forma bonita de pasar un buen rato juntos. Por eso, es fundamental una preparación que ayude a los niños a comprender y a transmitir el significado de lo que van a hacer: convertirse en pequeños misioneros que comparten la buena noticia de Jesús y felicitan la Navidad en nombre de esos misioneros, hombres y mujeres, que anuncian el Evangelio en países lejanos.
Convocatoria
Se aprovecha la preparación a las fiestas de Navidad que los niños viven en sus hogares y escuelas. Desde la parroquia y la catequesis se les invita a entrar en el ambiente navideño, disponiéndoles para el encuentro con Jesús, con los demás y con los otros niños.
Los responsables de la pastoral en la parroquia, el colegio o el grupo son quienes harán la invitación a los “Sembradores”. Esa convocatoria a los niños debe hacerse con tiempo suficiente y explicándoles de una manera concreta en qué consiste esta actividad, para que tenga el mayor número posible de participantes.
Explicación de la actividad a los niños
Naturalmente, no se puede enviar sin más a los niños a ser “mensajeros” a la calle. Días antes hay que concienciarles de que van a realizar la que seguramente es la única campaña callejera en la que no se pide nada.
Esta preparación no se puede dejar para el último día: hay que elegir bien a los acompañantes, los lugares en los que estarán, quiénes compondrán cada grupo, cómo se regalará la estrella y qué se dirá al realizar ese gesto. No conviene que los niños “se lancen” sobre el transeúnte por sorpresa; llevan un mensaje hermoso y hay que transmitirlo bien.
Celebración del envío
Es muy conveniente que al reparto de estrellas le preceda la celebración del envío de los “sembradores”. El envío es un acto cristiano y misionero, con un sentido comunitario, de oración, de acogida de la Palabra de Dios y de la fuerza de su Espíritu. En la medida de lo posible, participarán varios grupos para destacar la riqueza del encuentro y que otros comparten con nosotros la misma misión.
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