Jóvenes misioneros para un continente joven
1. La voz de la Iglesia en España se ha escuchado de forma constante urgiendo, en todo tiempo, respuestas misioneras en continuidad con su fecunda historia en el campo de la misión. Un ejemplo muy concreto sobre esta preocupación y apoyo fue la aprobación, en el año 1959, de una jornada misionera nacional en favor de las Iglesias necesitadas de América Latina. Desde entonces ha venido celebrándose en todas las diócesis de España, de forma ininterrumpida, bajo la denominación de Día de Hispanoamérica.
La Conferencia Episcopal Española encomendó su organización, en el primer domingo del mes de marzo, a la Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias. Este año su celebración será el día 6 de marzo, bajo el lema «Jóvenes misioneros para un continente joven», dentro del contexto de la próxima Jornada mundial de la Juventud que celebraremos en Madrid durante el próximo mes de agosto.
La tarea de la evangelización de los jóvenes es de suma importancia; el Papa lo ha resaltado como una de las preocupaciones más profundas del último Sínodo de los Obispos sobre la Palabra de Dios. En la Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini recuerda que «los jóvenes son ya desde ahora miembros activos de la Iglesia y representan su futuro» (n. 104). Para ello la Iglesia debe tomar conciencia de la necesidad de «un anuncio claro» (ibíd.) y de que hacen falta «testigos y maestros, que caminen con ellos y los lleven a amar y a comunicar a su vez el Evangelio,especialmente a sus coetáneos, convirtiéndose ellos mismos en auténticos y creíbles anunciadores» (ibíd.). Además, el Papa indica la necesidad de presentar «la divina Palabra también con sus implicaciones vocacionales, para ayudar y orientar así a los jóvenes en sus opciones de vida, incluida la de una consagración total» (ibíd.).
2. La Comisión Episcopal desea agradecer, antes de nada, la atención y generosidad de las diócesis españolas en favor de esta Jornada Misionera, pero también destacar la oportunidad de seguir con su cuidada celebración, ya que América Latina continúa necesitando el apoyo y presencia de las Iglesias particulares de España, como también necesitan estas, abriéndose todas a la universalidad, recibir el intercambio y dinamismo evangelizador de aquellas Iglesias más jóvenes.
La renovada llamada anual a la misión ad gentes en favor de Hispanoamérica, continúa gozando, por tanto, de la misma actualidad y urgencia ante los institutos de vida consagrada, sociedades de vida apostólica, presbiterios de las diócesis españoles, asociaciones de laicos y demás fieles.
Esta actualidad de la misión ad gentes ha sido también recordada con énfasis en la misma Exhortación apostólica postsinodal Verbum Domini con las siguientes palabras: «La Iglesia no puede limitarse en modo alguno a una pastoral de “mantenimiento” para los que ya conocen el Evangelio de Cristo. El impulso misionero es una señal clara de la madurez de una comunidad eclesial» (n. 95). La Iglesia en España está llamada a continuar la obra misionera que de manera providencial comenzó en América, si de verdad quiere seguir siendo una comunidad cristiana viva que vive, celebra y transmite la fe en Jesucristo.
Esta es, en realidad, la finalidad primordial de esta Jornada, en la que debemos destacar y tener muy presente que cerca del 70%de los misioneros y misioneras españoles actuales desarrollan sus tareas de evangelización en aquel continente.
3. Queremos destacar asimismo, con ocasión de esta jornada, la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispanoamericana (OCSHA), instituida también por la Conferencia Episcopal Española.
Su finalidad no es otra que promover, ser cauce de apoyo y atención a los sacerdotes diocesanos que acuden, por un tiempo determinado, a Hispanoamérica en servicios misioneros, sin pérdida de su incardinación en sus diócesis respectivas de envío.
La Comisión Episcopal de Misiones y Cooperación entre las Iglesias, que tiene especialmente encomendada esta Institución, conoce muy de cerca la respuesta generosa de estos sacerdotes y su constante preocupación, sobre todo, por asegurar la continuidad de sus servicios misioneros.
Una parte importante de los resultados económicos de la colecta de esta Jornada se pone en manos de estos sacerdotes para apoyar sus proyectos pastorales y sociales, pero, sobre todo, la Comisión Episcopal celebra encuentros periódicos con todos ellos y les proporciona ayudas personales en situaciones concretas.
Los obispos de España renovamos nuestro agradecimiento a estos sacerdotes que están dedicando su vida a la evangelización en América y renovamos nuestro llamamiento a continuar esta importante misión que corresponde a la Iglesia de España de forma particular. «Los obispos y sacerdotes, por su propia misión, son los primeros llamados a una vida dedicada al servicio de la Palabra, a anunciar el Evangelio, a celebrar los sacramentos y a formar a los fieles en el conocimiento auténtico de las Escrituras» (Verbum Domini, 94).
4. La Pontificia Comisión para América Latina nos ha enviado, como en años anteriores, el Mensaje que se acompaña a con-tinuación para el apoyo de esta Jornada. Se lo agradecemos vivamente al Emmo. Sr. cardenal Marc Ouellet y al Excmo. Sr. arzobispo Mons. Octavio Ruiz, presidente y vicepresidente de la expresada Comisión, respectivamente.
El Mensaje es un precioso y profundo comentario, una llamada misionera a los jóvenes, con la mirada puesta en la preparación de la próxima Jornada mundial de la Juventud. Destaca la «mirada especial del Señor para los jóvenes, a quienes invita también hoy a ser discípulos suyos y misioneros en medio del mundo».
Se acompañan también unos sencillos materiales catequéticos y litúrgicos para la preparación y celebración de esta Jornada.
Que María Santísima, Reina de las Misiones y Madre de los sacerdotes, interceda en favor de quienes en nombre de las Iglesias particulares de España, son testigos y predican el Evangelio
de Jesucristo en las Iglesias hermanas de Hispanoamérica. Oramos por ellos y apoyamos su entrega misionera. Felicitamos a los sacerdotes de la OCSHA que celebran durante este año sus bodas de oro sacerdotales y pedimos al Dueño de la mies nuevas respuestas de jóvenes misioneros para este Continente joven hispanoamericano.
✠ Ramón del Hoyo López
Obispo de Jaén
Oración
Amigo y Señor Nuestro Jesucristo,
¡qué grande eres!
Con tus palabras y tus obras nos has revelado
quién es Dios, Padre tuyo y Padre de todos nosotros,
y quién eres Tú: nuestro Salvador.
Nos llamas a estar contigo.
Queremos seguirte adonde vayas.
Te damos gracias por tu Encarnación;
eres el Hijo Eterno de Dios,
pero no te importó rebajarte y hacerte hombre.
Te damos gracias por tu Muerte y Resurrección;
obedeciste la voluntad del Padre hasta el final
y por eso eres Señor de todos y de todas las cosas.
Te damos gracias por la Eucaristía:
te has quedado entre nosotros para siempre;
tu Presencia, tu Sacrificio, tu Banquete
nos invitan siempre a unirnos a Ti.
Nos llamas a trabajar contigo.
Queremos ir adonde Tú nos envíes
a anunciar tu Nombre, a curar en tu Nombre,
a acompañar a nuestros hermanos hasta Ti.
Danos tu Espíritu Santo, que nos ilumine y fortalezca.
La Virgen María, la Madre que nos diste en la cruz,
nos anima siempre a hacer lo que Tú nos dices.
Tú eres la Vida. ¡Que nuestro pensamiento,
nuestro amor y nuestro obrar tengan sus raíces en Ti!
Tú eres nuestra Roca.
¡Que la fe en Ti sea el fundamento sólido
de toda nuestra vida!
Te pedimos por el papa Benedicto XVI,
por los obispos y por todos los que
preparan la próxima Jornada mundial de los jóvenes en Madrid.
Te pedimos por nuestras familias y nuestros amigos,
y en especial por los jóvenes que te van a conocer en ese encuentro
por el testimonio firme y gozoso de la fe.
Fuente: CEE.