La activista brasileña Janaina Stronzake ha opinado sobre el papel de los campesinos en momentos de crisis alimentaria para la agencia IPS. A continuación reproducimos algunas de las cuestiones abordadas:
¿A qué atribuye esta conmoción por los precios de los alimentos?
El tema de los precios y de la escasez de alimentos, o de las hambrunas, siempre es una cuestión compleja, con causas múltiples y una serie de factores que influyen. Atribuir, como se hace, el aumento de precios de los comestibles a que las poblaciones de China e India ahora se están alimentando me parece demasiado simplista. Es como decir: bueno, si estamos pagando más es culpa de indios y chinos. Y esto no es verdad.
¿A qué atribuye esta conmoción por los precios de los alimentos?
El tema de los precios y de la escasez de alimentos, o de las hambrunas, siempre es una cuestión compleja, con causas múltiples y una serie de factores que influyen. Atribuir, como se hace, el aumento de precios de los comestibles a que las poblaciones de China e India ahora se están alimentando me parece demasiado simplista. Es como decir: bueno, si estamos pagando más es culpa de indios y chinos. Y esto no es verdad.
¿Es que acaso faltan alimentos en el mundo?
Tenemos capacidad en el mundo de producir alimentos, y de calidad suficiente, para toda la gente, sin recurrir a tecnologías dudosas, como el caso de los transgénicos. En Brasil tenemos 120 millones de hectáreas sin cultivar. O sea, para producir más no hay que quitarle tierra a la Amazonia, no hace falta desequilibrar el ambiente ni tampoco acabar con los bosques. Lo único que se necesita es hacer una reforma agraria decente, adecuada, que se aseguren condiciones para que campesinos y campesinas sigan produciendo.
¿Entonces, cuál es la causa de todo esto?
Uno de los factores fundamentales para el aumento de precios es la especulación financiera. Es porque los alimentos son considerados mercancías y se negocian en las bolsas de los mercados a futuro.
¿A quiénes beneficia la especulación?
Las empresas transnacionales sacan partido de esto, juegan y especulan con el hambre de la gente y obtienen beneficios. Para demostrarlo basta con comparar entre los años de ascenso de los precios de los alimentos y los gráficos de ganancias y beneficios de las grandes empresas transnacionales. Por ejemplo, entre 2004 y 2008 asistimos a una serie de choques, disturbios, de poblaciones atacando supermercados en busca de alimentos y al mismo tiempo alzas en los comestibles.
¿Cómo reacciona el movimiento campesino ante los aumentos de precios de los alimentos?
Con mucha preocupación, porque responden a todo un sistema integrado. El pensador Zygmunt Bauman, de origen polaco, habla por ejemplo de los desperdicios humanos. Dice que es como si la gente sobrara en el mundo y hay que hacer algo con ella. Una forma es que se mueran de hambre, pues no hay trabajo para todos. Con las nuevas tecnologías de producción ya no hay necesidad de tantos brazos para trabajar. Entonces este exceso de población debe desaparecer. No porque no se puedan alimentar, sino porque dentro del sistema capitalista no generan ni consumen. Por tanto, tienden a desaparecer. Y un camino es éste, que se mueran de hambre con este tipo de crisis.
¿Que opinión tiene de los tratados de comercio internacional que abarcan a productos alimentarios?
La Vía Campesina reivindica que los alimentos no estén dentro de los acuerdos que promociona la OMC (Organización Mundial del Comercio). No pueden ser considerados como simples mercancías. Toda la humanidad necesita alimentos y debemos garantizar un mínimo para todos, independientemente de sus condiciones económicas. Y eso no pasa solamente por políticas asistenciales como, por ejemplo, las de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia). Pasa por la necesidad de empoderar a la gente desde su propia comunidad para garantizar y producir alimentos. Esta es la soberanía alimentaria.
¿Qué espera de las negociaciones de la Ronda de Doha que promueve la OMC, con un capítulo dedicado a la reforma del comercio agrícola mundial?
Esas negociaciones no nos incluyen. Nos toma en cuenta simplemente como una tendencia a la desaparición de los campesinos y las campesinas. Pero el tema es que esa desaparición conlleva el riesgo de falta de alimentos, porque el agro-negocio, las grandes empresas, los que discuten en la Ronda de Doha pueden asegurar solo por un periodo una cantidad de alimentos, pero su preocupación es solo en torno a sus propios ingresos.
Fuente: Ciudad Redonda.