Benedicto XVI ha subrayado la importancia de la formación de los futuros sacerdotes y ha propuesto que los sacerdotes de mayor edad, que han demostrado "su fidelidad como servidores de Dios", sean "mentores" de los sacerdotes recién ordenados para "ayudarlos en el camino hacia una vida sacerdotal madura y equilibrada", en la audiencia concedida a un grupo de obispos filipinos celebrada este jueves en el Vaticano.
Además, el Papa ha declarado que "conforme a las promesas solemnes de la ordenación", los obispos han de recordar a los sacerdotes "su empeño en el celibato, la obediencia y una mayor atención al servicio pastoral". Según ha explicado el Pontífice, el cumplimiento de estas "promesas" ayudará a los nuevos sacerdotes a ser "verdaderos padres espirituales con una madurez personal y psicológica que crecerá para reflejar la paternidad de Dios".
El Pontífice ha recordado también la importancia de fomentar programas "de continua educación y asistencia a los sacerdotes" con "retiros y diversas convocatorias" y procurar "ayudas específicas a aquellos sacerdotes cuyas destinos les dejan aislados".
Benedicto XVI ha destacado la necesidad de "alimentar y apoyar" la piedad de los laicos con "una adecuada catequesis" para que los fieles comprendan "las enseñanzas de la Iglesia en materia de fe y moral" y ha pedido a los obispos que ofrezcan "un apoyo a las familias, en especial a los padres" ante las "influencias que podrían limitar o destruir sus derechos y su integridad".
Por otra parte, el Pontífice ha señalado que la Iglesia "respeta todo lo bueno que hay en otras religiones" y ha declarado que los cristianos "están llamados a dialogar con prudencia y caridad con los fieles de otras religiones" siempre que "sea posible".
El Papa ha sostenido que la Iglesia "trabaja a favor de una mutua compresión y para el progreso del bien de la humanidad" para alcanzar "una paz auténtica y duradera, en la convicción de que cada persona, independientemente de su credo, está creada a imagen de Dios".
Fuente: Pastoral Santiago.