Un restaurante callejero permite conseguir fondos para viajar a la JMJ
Andrea, Kasandra, Gemita, Estrella, Annabell, Stefany, Liceth, María Teresa, María Augusta y Maritza, son algunas de las jóvenes que, a base de mucho sacrificio, recaudan diariamente fondos para poder venir a Madrid. Su objetivo está cada vez más cerca.
Chone es una ciudad de unos 230.000 habitantes, situada en el oeste de Ecuador, en la provincia de Manabí. Las protagonistas son un grupo de 30 jóvenes de Chone que, ayudadas por las Siervas del Hogar de la Madre, recurren a un ingenioso negocio como medio de recaudación de fondos para asistir a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Madrid.
Desde abril de 2010, nuestras protagonistas trabajan incansables en multitud de iniciativas para recaudar fondos, desde organizar rifas de cerdos y hacer quinielas para el Mundial de fútbol de 2010, hasta subastar ropa y calzado o vender gallinas por la calle, como ellas cuentan, “algo normal por aquí”.
Aquí lo que “vende” es la comida
Tras desarrollar varias iniciativas, finalmente nace ‘El Chiringuito’, un modesto restaurante en el que encontramos platos típicos de la zona como tongas, ceviches o arroz colorado, y comidas más universales como la pizza o los bollos.
En la plaza de la iglesia de Chone, con una carpa, unas cuantas sillas, mesas y una pequeña cocina, cada tarde el Chiringuito cobra vida y se convierte en un próspero proyecto que día a día acerca a estas chicas a la cita de Madrid.
Sin embargo, el trabajo empieza muy temprano por la mañana. Cada día después de hacer un rato de oración, se ponen manos a la obra. En torno a las 5 de la mañana comienza la jornada, primero hay que recoger y limpiar todos los utensilios del día anterior, después se encienden los fogones y las chicas comienzan a cocinar todos los platos que por la tarde venderán a su clientela. Como cuenta Kasandra: “No es fácil levantarse temprano, hacer la comida para el Chiringuito, compaginarlo con otras obligaciones como los estudios universitarios, y todas las tardes sacar todos nuestros trastos y volverlos a recoger a las 9 de la noche”.
Para cada función y desde el principio, las Siervas del Hogar de la Madre son quienes enseñan y ayudan a las chicas en todo momento. Funcionan como un gran equipo: “Seguiremos adelante ¡todas juntas!”.
Es sin duda el sacrificio y esfuerzo continuo de las chicas lo que está haciendo posible su proyecto. La buena organización en el reparto y rotación de las tareas semanalmente, les permite aprender distintas labores, las cuales cumplen “con mucha ilusión”. Aunque en un principio todas ellas eran bastante desconocedoras del mundo de la cocina, hoy son capaces de realizar todas las tareas ellas mismas, gracias a las enseñanzas recibidas y a su constancia.
La JMJ en Chone
Gracias a la iniciativa de estas chicas, se puede decir que el pueblo de Chone ha pasado de desconocer por completo la JMJ a estar muy familiarizado con este acontecimiento. La gente se emociona y alegra con el proyecto de las jóvenes, y les animan a seguir adelante. Ellas se sienten muy felices al recibir el apoyo de sus conciudadanos: “Recen por mí cuando estén con el Papa”. Son cosas como estas las que empujan a nuestras protagonistas a luchar cada día por cumplir su objetivo.
Esperemos que en agosto la JMJ cuente con unas participantes llegadas desde Chone. Si al final lo consiguen todo el esfuerzo realizado durante tantos meses se verá de sobra recompensado. Como dice una de las protagonistas: “Todo esto es un ejemplo de lo que es la vida espiritual, el combate diario por ser fiel y perseverar hasta el final porque la meta merece todo el esfuerzo y sacrificio”.
“Nos falta mucho por conseguir y no sabemos si alcanzaremos nuestra meta. Nos ponemos en las manos de Dios”. ¡Mucho ánimo y mucha suerte!
Fuente: JMJ 2011.