Solemnidad de San José, esposo de la Virgen María (19/03/2011).

MONICIÓN DE ENTRADA.

En la mayor parte del mundo, los bienes culturales legítimos únicamente son distribuidos por grandes corporaciones multinacionales cuyo objetivo dominante no es dar servicio a la mayor parte posible de los mercados locales, sino proteger la estructura de precios existente en los países más desarrollados, que generan la mayor parte de sus beneficios.

1ª LECTURA: LECTURA DEL SEGUNDO LIBRO DE SAMUEL 7, 4-5a.12a.16

En aquellos días, recibió Natán la siguiente palabra del Señor:

- Ve y dile a mi siervo David: "Esto dice el Señor: Cuando tus días se hayan cumplido y te acuestes con tus padres, afirmaré después de ti la descendencia que saldrá de tus entrañas, y consolidaré el trono de su realeza. Él construirá una casa para mi nombre y yo consolidaré el trono de su realeza para siempre. Yo seré para él padre, y él será para mi hijo. Tu casa y tu reino durarán para siempre en mi presencia; tu trono permanecerá por siempre”.

Palabra de Dios

SALMO RESPONSORIAL. SALMO 88

R.- SU LINAJE SERÁ PERPETUO

Cantaré eternamente las misericordias del Señor,
anunciaré tu fidelidad por todas las edades. 
Porque dije: "Tu misericordia es un edificio eterno,
más que el cielo has afianzado tu fidelidad. R.-

Sellé una alianza con mi elegido,
jurando a David, mi siervo:
"Te fundaré un linaje perpetuo,
edificaré tu trono para todas las edades." R.-

Él me invocará: "Tú eres mi padre,
mi Dios, mi Roca salvadora."
Le mantendré eternamente a mi favor,
y mi alianza con él será estable. R.-

2ª LECTURA: LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS ROMANOS 4,13.16-18.22

Hermanos:

No fue la observancia de la Ley, sino la justificación obtenida por la fe, la que obtuvo para Abrahán y su descendencia la promesa de heredar el mundo. Por eso, como todo depende de la fe, todo es gracia; así, la promesa está asegurada para toda la descendencia, no solamente para la descendencia legal, sino también para la que nace de la fe de Abrahán, que es padre de todos nosotros. Así, dice la Escritura:

-  Te hago padre de muchos pueblos.

Al encontrarse con el Dios que da vida a los muertos y llama a la existencia a lo que no existe, Abrahán creyó. Apoyado en la esperanza, creyó, contra toda esperanza, que llegaría a ser padre de muchas naciones, según lo que se había dicho:

-  Así será tu descendencia.

Por lo cual le valió la justificación.

Palabra de Dios


ACLAMACIÓN Sal 83, 5

Dichosos los que viven en tu casa, Señor, alabándose siempre.


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 1, 16.18-21.24a

Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. El nacimiento de Jesucristo fue de esta manera: María, su madre, estaba desposada con José y, antes de vivir juntos, resultó que ella esperaba un hijo por obra del Espíritu Santo, José, su esposo, que era justo y no quería denunciarla, decidió repudiarla en secreto. Pero, apenas había tomado esta resolución, se le apareció en sueños un ángel del Señor que le dijo:

- José, hijo de David, no tengas reparo en llevarte a María, tu mujer, porque la criatura que hay en ella viene del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de los pecados.

Cuando José se despertó, hizo lo que le había mando el ángel del Señor.

Palabra del Señor


La Homilía.

Comentaba el Papa Benedicto, siendo cardenal, que en la casa de unos amigos personales se hallaba un relieve en el que se mostraba la noche de la fuga hacia Egipto; una tienda abierta, y junto a ella un ángel en postura vertical. Dentro, José, durmiendo, pero con indumentaria de un peregrino, calzado con botas altas y preparado para una caminata difícil. Es un San José en actitud durmiente pero, dispuesto para escuchar la voz del ángel (Mt 2,13ss).

1.- Esta es el alma espiritual de San José. Silenciosamente hizo y dijo mucho. Su corazón vigilante estaba orientado totalmente hacia la voluntad de Dios. En San José, como siempre, salen a relucir sus mejores virtudes: recogimiento y prontitud, obediencia y sencillez.

En esta Santa Cuaresma, el Patriarca de la Iglesia, es una llamada a retirarnos de tantos ruidos que nos impiden escuchar la voz del ángel o sentir la mano de Dios que nos invita a ponernos en camino. ¿Hacia dónde? ¡Hacia el encuentro de Cristo que sube con su cruz camino del calvario!

San José, en este tiempo cuaresmal, nos da un testimonio eficaz y válido para nuestro tiempo moderno: es necesario apartarnos de nuestras preocupaciones (ocupaciones) para dirigirnos con verdad hacia nuestro interior. Para encontrarnos con nuestro “yo”.

2.- San Pedro, por boca del mismo Cristo, fue alertado “día llegará en que te llevarán donde tú no quieras ir” (Jn 21,10). San José con una vida resuelta y dulce al lado de María, jamás imaginó el futuro incierto y lleno de dificultades que le aguardaba a la vuelta de la esquina. Creía en Dios profundamente, le amaba con todas sus fuerzas y –aún en medio de aquella primera incertidumbre- se dejó conducir en la dirección que jamás pensó. Supo corresponder (sin nada a cambio) a los designios y exigencia de Dios. María, con sus labios, pronunció el “hágase”. San José, con sus propias obras y con su admirable testimonio lo llevó a la práctica: ¡aquí estoy! Nuevamente, Dios, como en Abraham encontró un siervo bien dispuesto, un hombre que le amaba con todas las consecuencias, un hombre con una fe fuera de serie.

3.- Este es el San José que ensalza y pregona la Iglesia: el fiel custodio de Cristo. Aquel que, aún sin ver manifestarse la misión de Jesús, creyó desde el principio en la tarea a la cual él había sido llamado. Con su silencio, guardó para sí mismo con cuatro llaves sus sufrimientos, padecimientos o esperanzas. No pretendió realizarse a sí mismo, ni compadecerse de su suerte… se dejó llevar incluso donde no quería.

Con razón, en el día del Seminario, muchos ojos se vuelven hacia el Patriarca de nuestra Iglesia. Es todo un modelo de referencia: saber perder para ganar, saber negarse parar encontrarse, saber sembrar para que Dios pueda fructificar en el ciento por uno. Que San José, con su renuncia, con su abandono nos ayude a imitar a Jesús crucificado siendo fieles en nuestro testimonio y, sobre todo, orando –al protector del primer seminarista que existió en la tierra (Jesús de Nazaret) para que nunca nos falten hombres que anuncien la fidelidad, la resurrección y la vida que nos viene de Cristo.

Por todo ello, demos gracias a Dios en este día porque nos ha dado ese Santo, que nos habla de recogernos en Él; que nos enseña la prontitud, y la obediencia, y la abnegación, y la actitud de los caminantes que se dejan llevar por Dios; y que nos dice por esto mismo la manera de servir igualmente a nuestra tierra. Demos gracias asimismo por esta fiesta en la que podemos comprobar que sigue habiendo personas con el ánimo abierto a la voluntad de Dios, y preparadas para escuchar sus llamamientos y marchar a su lado hacia donde Él quiera llevarlas.

4.- ESTE ES JOSÉ, MI BUEN JOSÉ

Quien  durmiendo, lo hace con el calzado a punto
para  que, cuando el ángel llame,
nada  ni nadie le detenga en su ser peregrino.
Quien,  con el oído apuntando hacia el cielo
es  feliz escuchando mensajes celestiales
y  deshaciéndose en la voluntad divina

ESTE ES JOSÉ, MI BUEN JOSÉ
El  de alma interior, sin palabras exteriores
El  de corazón grande, en semblante sencillo 
humilde,  afable, sereno y obediente
El  que, sin tener nada, lo poseía todo
porque  sabía que, Dios, era su esperanza
El  que, gozándolo todo, a Jesús y María
nunca  estuvo un peldaño más arriba
del  lugar que la historia le tenía reservado

ESTE ES JOSÉ, MI BUEN JOSÉ
Fue  feliz, aún rompiendo Dios sus planes
Fue  fiel con las cosas del cielo
aún  teniendo que olvidar muchas cosas en la tierra
Fue  solícito y prudente
ante  la encomienda de un ángel en horas nocturnas

ESTE ES JOSÉ, MI BUEN JOSÉ
Sin  palabras, pero con obras, respondió
Sin  ruido, pero con bondad, caminó
Sin  recelos, y con mansedumbre, acogió
Sin  reproches, y con serenidad, creyó

ESTE ES JOSÉ, MI BUEN JOSÉ
Por Javier Leoz

Fuente: Betania.

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