Para conmemorar los ocho siglos transcurridos desde la consagración de la Catedral, que se cumplen este año, el Cabildo y el Consorcio de Santiago han organizado un amplio programa que arrancará este sábado 9 de abril con el abrazo de una cadena humana a la Basílica, con el que se quiere simbolizar el cariño y el respeto de los ciudadanos hacia el símbolo de Compostela.
Carta Pastoral en el VIII Centenario de la Consagración de la Catedral.
La Catedral, “Iglesia madre” de la Diócesis
1. La memoria revive y hace presentes los hechos pasados. En este sentido recordamos el VIII Centenario de la Consagración de nuestra Catedral de Santiago, sabiendo que las efemérides forman parte del mundo simbólico del hombre. Esta celebración es significativa para toda la comunidad diocesana lógicamente, para la ciudad en la que se asienta la “Iglesia madre” de la Diócesis, y para toda la Iglesia, hoy más atenta que nunca a esta meta universal de peregrinación.
2. Deseo homenajear a nuestra Catedral, casa de este pueblo de Dios que somos nosotros y que camina hacia la ciudadanía de los santos. Mi afecto y estima, como los vuestros, no son solamente por la belleza artística que admiramos, sino sobre todo por esta Iglesia particular compostelana en la que está presente y actúa la Iglesia de Cristo una, santa católica y apostólica.
Podemos considerar a nuestra Catedral como una maestra, cuando explica la fe a través del Pórtico de la Gloria, como una hospitalera, cuando acoge al peregrino cansado por los agobios y las incertidumbres de la vida, y como la guardiana que vela ante la tumba de Santiago Apóstol. El sonido premonitorio de sus campanas nos acompaña desde las primeras horas del día, orientando nuestro peregrinar eclesial. 3. Cuidar su estructura arquitectónica y su conjunto artístico para ransmitirlos en las mejores condiciones posibles a quienes vengan detrás de nosotros, es un objetivo permanente. Desde el punto de vista espiritual y religioso, durante estos años de mi pontificado, he intentado acrecentar su vigor y vitalidad llamando a orar en ella, especialmente en las grandes solemnidades del año litúrgico. No pretendo con esto minusvalorar el significado determinante y la relevancia insustituible de las parroquias: “a ellas corresponde crear la primera comunidad del pueblo cristiano; iniciar y congregar al pueblo en la normal expresión de la vida litúrgica, conservar y reavivar la fe en la gente de hoy; suministrarle la doctrina salvadora de Cristo; practicar en el sentimiento y en las obras la caridad sencilla de las obras buenas y fraternas”. En ellas se manifiestan en el día a día la presencia y la pertenencia a la Iglesia católica. En esta ocasión providencial me propongo también redescubrir la razón de ser de la Catedral, compartir con vosotros algunos momentos de espiritualidad eclesial y hacer crecer el amor a Cristo y a la Iglesia, su esposa y nuestra madre. Como una casa tiene distintos compartimentos, yo me imagino que cada una de las parroquias de la diócesis tiene un lugar en el corazón de la Catedral. Al entrar en ella siento a cada párroco, a todas las personas consagradas, a los laicos diocesanos y a todos los que andan buscando un hogar acogedor.
Puede ver aquí la Carta Pastoral completa de Monseñor D. Julian Barrio Barrio o descargarla en PDF.
Fuente: Pastoral Santiago.