La historia de Sanxenxo como lugar de veraneo comienza en la primera década del pasado siglo XX, por lo que ha sobrepasado los 100 años, y comenzó al descubrirse por casualidad en la isla de la Toja, antiguamente despoblada, unos lodos que tenían propiedades curativas y a partir de entonces comenzaron a usarse para las personas con fines terapéuticos.
Una vez confirmadas sus virtudes medicinales en el año 1903 se constituyó la sociedad Anónima La Toja y en 1905 la construcción del hotel balneario inaugurado en el 1907. Los primeros clientes en alojarse en él fueron gente de la aristocracia, políticos y escritores que a su paso por Sanxenxo, fueron viendo y admirando su paisaje, las tranquilas aguas en sus playas de blanca arena y con un suave clima, cualidades que ya habían sido divulgadas por escritores y poetas, como Emilia Pardo Bazán, Otero Pedrayo y Ramón Cabanillas, determinando que muchos de ellos optaran por escoger Sanxenxo para disfrutar de la temporada veraniega.
Muy pocas casas había entonces en Sanxenxo que reunieran las condiciones necesarias para albergar a tan distinguidas personalidades. Otros veraneantes eran gente nacida en Pontevedra o con domicilio en dicha ciudad, entre ellos cito a Montero Ríos, Augusto González Besada, Jesús Muruais, José Echegaray, Castro Sampedro, Pérez Lugin y otros.
Al final de la playa, en el Vicaño, había el chalet "Miramar", propiedad de Don Ramón Orge, secretario de juzgado y posteriormente Alcalde.
Don Ramón, al casarse con doña Claudia López Crestar a finales del siglo XIX puso el nombre de "Villa Caludia" y en él organizaba reuniones gastronómicas en honor de tan destacados veraneantes, algunas de ellas eran típicas caldeiradas, de sabor y ambiente marinero, emulando las propias caldeiradas que los propios pescadores preparaban en el puerto antes de salir a faenar o en la mar en caso de no regresar en unos días.
En algunas de estas reuniones supo aprovechar la ocasión para conseguir de Don Augusto González Besada, entonces ministro de Fomento, la construcción de la carretera de Sanxenxo a Portonovo y el puerto, ambas obras inauguradas en 1908/1910.
Cuando el veraneo estaba consolidado, Don Francisco Alonso Prieto dueño de un comercio de telas y ferretería, tuvo la gran idea de construir un hotel con el nombre "La Terraza" adosado al comercio, inaugurado en 1915, el resultado fue evidente porque cada verano la playa se veía más concurrida.
La llegada de más veraneantes también lo reconoció Don Luis Dobarro, empresario y vecino de Pontevedra, solicitando la construcción de un balneario-casa de baños en la playa de Silgar a comienzos de la década de los años 20 del pasado siglo. Se construyo de madera, su estructura estaba sustentada sobre pilares de madera, el interior dividido en 2 partes, la más pequeña con fachada al mar, en su interior a ambos lados unos espacios cerrados y en el centro el bar. La parte más amplia era el local socia, con entrada a pocos metros de la carretera, en la que se ve a su derecha la cuesta, hoy escaleras y calle Fuensanta Rodríguez y al inicio ésta el hotel Marycielo y al fondo y detrás algo del Hotel La Terraza.
La casa de baños a lo largo de su existencia soportó numerosos embates de los temporales principalmente en los crudos inviernos de antes acompañados de intensas lluvias que ocasionaban grandes destrozos que había que reparar y esto suponía un desembolso económico. A mediados del año 1936 estallo la guerra civil ocasionando un importante descenso de veraneantes, los temporales continuaron, pero las reparaciones no eran tan consistentes y esto la llevó a cierto abandono que a finales de la década d elos 40 hubo que retirar lo poco que de ella quedaba en pie.
Como dato curioso y coincidiendo con el auge que alcanzaron los baño a comienzos de la primera década del pasado siglo incluyo una vereve información leída en un periódico: "Outros dos artigos que firma Leoncio Feijo Lamas, falaba de casa de baños a orillas del río Lérez e aporta un anuncio de tempada do 1910 que ofertaba baños de aseo fríos e templados con auga doce, salgada e algas do mar, sales da Toxa e outros productos mineromedicinales, e tamén recolle as tarifas: Baños en pila 1,25 pesetas, bono de seis baños 7 pesetas, con sábenas e taollas 9,50 pesetas."
Mucha fue la afluencia de los veraneantes en nuestra costumbres, principalmente en nuestra manera de hablar. en todos los puertos de la ría de Pontevedra hablábamos con mucho seseo, acompañado de un tono característico, en alguno más que en otros y los de Sanxenxo con ellos nos fuimos "refinando", no pronunciábamos correctamente la G y la J, olvidándonos de la letra C intercalada, y esto nos costó cierto resquemor con los demás, pues aun hoy, en algunas discusiones localistas nos dicen "Os señoritos de Sanxenxo".
Las fiestas patronales vienen celebrándose en Sanxenxo y en todos los puertos de la ría de Pontevedra desde mediados del siglo XIX, las de Sanxenxo era una más en honor a Santa Rosalía, pero con la llegada de los veraneantes alcanzaron gran esplendor y popularidad, llegando a ser la más importante de todas las que se celebraban en la ría. Esto se consiguió al formar parte de la comisión de fiestas algunos veranantes. Los pescadores aportaban un quiñon cada semana de la venta del pescado durante todo el año y ellos, gente adinerada superaba a la de los pescadores.
Desde hace muchos años el 4 de septiembre, festividad de Santa Rosalía viene celebrándose un mercado de productos del campo, el más apetecido era la cebolla que se exponía en la acera del pazo de Patiño, traídas de madrugada en carros de bueyes, porque la venta comenzaba a primera hora de la mañana, otros productos como sandías, melones, frutas y algunos más en la Avenida de Augusto González Besada, hasta el puerto.
De todos los puertos de la ría llegaban los barcos de pesca cargados de gente para asistir a los festejos, algunos lo hacían de víspera para acudir al mercado con objeto de suministrarse.
Otra información que merece darse a conocer es la influencia religiosa en las gentes del mar adquirida antes del siglo XVI.
Por Antonio Villalustre (Toñico)
Fuente: Sanxenxo O A Terra de Sanxenxo.