MONICIÓN DE ENTRADA
Bienvenidos a la Eucaristía. Celebramos el Domingo XVI del Tiempo Ordinario. Y hoy el Jesús de Nazaret nos va a relatar la Parábola de la Cizaña. La cizaña – una especie de mala hierba—crece junto al trigo y parece que va a terminar con él. Algunos se inquietan, pero Jesús, no. Ahí aparece la paciencia de Dios. No hay que cortar la cizaña. Y si esperar al final de los tiempos para la siega, porque Dios nos da todo el tiempo posible para que cambiemos y nos convirtamos. Hoy hemos de meditar sobre lo que Jesús nos dice. Hoy y siempre. Y hemos de tomar decisiones. Convertirnos totalmente al Señor, y, después, no tengamos prisa alguna para condenar a los que aún no han recibido la palabra de Dios, porque todo llegará. La Paciencia de Dios lo hace todo posible. Y nos salvaremos. Aunque el Mal haya intentado sembrar la cizaña en campo bueno.