MONICIÓN DE ENTRADA
Recibid nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía del Tercer Domingo del Tiempo Ordinario. Hoy Jesús comenzará a elegir a sus discípulos. La prodigiosa andadura del Reino de Dios se inicia con la búsqueda y elección de unos humildes pescadores. Ellos serán, tiempo después, los heraldos impetuosos del Evangelio. Y hay algo que debemos tener muy en cuenta. Es Jesús quien elige a sus discípulos. No son sus discípulos los que le exigen a Él. Y con nosotros acontece lo mismo. Jesús nos elige para que demos mucho fruto y llevemos la paz, el amor, la salud y la felicidad a nuestros hermanos. Hoy, además, la Iglesia celebra la Jornada de la Infancia Misionera, obra antigua, del siglo XIX, que permanece. En ella, los niños ejercitan la ayuda para otros niños que la necesitan. Excelente camino evangelizador, formativo y solidario.
En aquellos días, vino de nuevo la palabra del Señor sobre Jonás:
-- Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predica allí el pregón que te diré.
Se levantó Jonás y fue a Nínive, como le había mandado el Señor. (Nínive era una ciudad enorme, tres días hacían falta para atravesarla). Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, pregonando:
-- ¡Dentro de cuarenta días Nínive será arrasada!
Los ninivitas creyeron en Dios; proclamaron un ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños. Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL. SALMO 24
R.- SEÑOR, ENSÉÑAME TUS CAMINOS.
Señor, enséñame tus caminos,
instrúyeme en tus sendas.
Haz que camine con lealtad;
enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador. R.-
Recuerda, Señor,
que tu ternura y tu misericordia son eternas;
acuérdate de mí con misericordia,
por tu bondad, Señor. R.-
El Señor es bueno y es recto,
y enseña el camino a los pecadores;
hace caminar a los humildes con rectitud,
enseña su camino a los humildes. R.-
2ª LECTURA: LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 7, 29-31
Hermanos:
Os digo esto: el momento es apremiante. Queda como solución que los que tienen mujer vivan como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran; los que están alegres, como si no lo estuvieran; los que compran, como si no poseyeran; los que negocian en el mundo, como si no disfrutaran de él: porque la representación de este mundo se termina.
Palabra de Dios.
ALELUYA Mc 1, 15
Está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en la Buena Noticia.
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 1, 14-20
Cuando arrestaron a Juan, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios. Decía:
-- Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios: convertíos y creed en el Evangelio.
Pasando junto al lado de Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que eran pescadores y estaban echando el copo en el lago.
Jesús les dijo:
-- Venid conmigo y os haré pescadores de hombres.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron.
Un poco más adelante vio a Santiago, hijo de Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca repasando las redes. Los llamó, dejaron a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros y se marcharon con él.
Palabra del Señor
Comentario al Evangelio del Domingo.
Las lecturas de hoy nos hablan de conversión y vocación. La conversión es anunciada por el profeta Jonás, a quien Dios envía a Nínive, y es proclamada especialmente por Jesús: “Se ha cumplido el plazo, está cerca el reino de Dios; convertíos y creed la Buena Noticia”.
La conversión es un momento clave en nuestra vida: un cambio radical de mentalidad, para hacerle hueco a Dios en nuestra existencia; aún más: la conversión está relacionada con la vocación, tal y como nos la expone el Evangelio de hoy con la llamada de los primeros apóstoles: Simón (Pedro), Andrés, Santiago y Juan.
Como bien decía el beato papa Juan Pablo II, “a medida que el hombre se dirige hacia Dios, descubre que su vida es una misión que Dios le ha asignado; y la aceptación de esta misión significa una prueba de amor a Dios y a los hombres (la conversión)”.
Hoy Cristo también me dice de algún modo: “Sígueme”. Me pide que cambie de vida, que le haga sitio en mi historia; que le siga precisamente ahí donde estoy, en mis quehaceres de cada día; porque también ahí puedo -y debo- experimentar la alegría de ser apóstol.
J. Javier García, sacerdote
Fuente: Betania, Diócesis de Málaga.