MONICIÓN DE ENTRADA
Nos reunimos hoy para iniciar la Cuaresma. Es Miércoles de Ceniza. Hoy no es domingo. Hoy es un día de trabajo cotidiano. Pero aquí estamos. Para nosotros es día es muy especial. La Iglesia nos ofrece un rito de perdón, de reconciliación, de antiguas y entrañables resonancias, que siempre nos resultan nuevas. La imposición de la ceniza es símbolo –sobre todo—de abrirse a la misericordia divina. En la misa de hoy se omite la preparación Penitencial que se realiza en la imposición de la Ceniza, que llegará luego de escuchar las lecturas bíblicas y la homilía del sacerdote. Tras la explicación de la Palabra de Dios, el celebrante bendecirá la ceniza y comenzará su imposición. La Cuaresma ha empezado.
1ª LECTURA DEL LIBRO DE JOEL 2,12-18
"Ahora --oráculo del Señor-- convertíos a mí de todo corazón: con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones no las vestiduras: convertíos al Señor Dios vuestro; porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad, y se arrepiente de las amenazas". Quizá se arrepiente y nos deje todavía la bendición, la ofrenda, la libación del Señor nuestro Dios. Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión, congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba; la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, diciendo: "Perdona, Señor, perdona a tu pueblo, no entregues tu heredad al oprobio; no la dominen los gentiles, no se diga entre las naciones: ¿Dónde está Dios? El Señor sienta celo por su tierra y perdone a su pueblo."
Palabra de Dios
Nos reunimos hoy para iniciar la Cuaresma. Es Miércoles de Ceniza. Hoy no es domingo. Hoy es un día de trabajo cotidiano. Pero aquí estamos. Para nosotros es día es muy especial. La Iglesia nos ofrece un rito de perdón, de reconciliación, de antiguas y entrañables resonancias, que siempre nos resultan nuevas. La imposición de la ceniza es símbolo –sobre todo—de abrirse a la misericordia divina. En la misa de hoy se omite la preparación Penitencial que se realiza en la imposición de la Ceniza, que llegará luego de escuchar las lecturas bíblicas y la homilía del sacerdote. Tras la explicación de la Palabra de Dios, el celebrante bendecirá la ceniza y comenzará su imposición. La Cuaresma ha empezado.
1ª LECTURA DEL LIBRO DE JOEL 2,12-18
"Ahora --oráculo del Señor-- convertíos a mí de todo corazón: con ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones no las vestiduras: convertíos al Señor Dios vuestro; porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad, y se arrepiente de las amenazas". Quizá se arrepiente y nos deje todavía la bendición, la ofrenda, la libación del Señor nuestro Dios. Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión, congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos, congregad a muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba; la esposa del tálamo. Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, los ministros del Señor, diciendo: "Perdona, Señor, perdona a tu pueblo, no entregues tu heredad al oprobio; no la dominen los gentiles, no se diga entre las naciones: ¿Dónde está Dios? El Señor sienta celo por su tierra y perdone a su pueblo."
Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. SALMO 50
R.- MISERICORDIA, SEÑOR: HEMOS PECADO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa.
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.-
Pues yo conozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R.-
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme,
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.-
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R.-
R.- MISERICORDIA, SEÑOR: HEMOS PECADO
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa.
Lava del todo mi delito, limpia mi pecado. R.-
Pues yo conozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R.-
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme,
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.-
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R.-
2ª LECTURA DE LA SEGUNDA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 5, 20-6,2
Hermanos:
Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado, para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Secundando su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él dice: "En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu ayuda"; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es el día de la salvación.
Palabra de Dios
ACLAMACIÓN
Tu palabra, Señor, es la verdad y tu ley nuestra libertad. Convertíos, dice el Señor porque está cerca el Reino de los cielos
LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 6, 1-6.16- 18
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
-- Cuidad de no practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto, cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta delante como hacen los hipócritas en las sinagogas y por las calles con el fin de ser honrados por los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga.
Tú, en cambio, cuando hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará. Cuando recéis no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de pie en las sinagogas y en las esquinas para que los vea la gente. Os aseguro que ya han recibido su paga.
Cuando tú vayas a rezar entra en tu cuarto, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y tu padre, que ven en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis no andéis cabizbajos, como los farsantes que desfiguran su cara para hacer ver a la gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga, Tú, en cambio, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que ayuno lo note, no la gente, sino tu Padre que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo escondido, te recompensará.
Palabra del Señor.
Fuente: Betania.