Dios se ha acercado tanto a nosotros que hemos podido matarle,
creyendo impedir así que fuese el Dios para nosotros.
Por eso estamos hoy algo desconcertados ante la revelación cristiana
y ante ella nos preguntamos, sobre todo cuando estudiamos la religiosidad de Asia,
si no hubiera sido mucho más sencillo creer en lo Eterno y Escondido
y fiarse de Él a conciencia, reflexionando y añorando;
si no hubiese sido mejor que Dios nos hubiese dejado en una lejanía infinita.
Benedicto XVI
Fuente: Pastoral Santiago.