Imagina que de toda tu clase, solo 5 compañeros pudieran beber agua o salir al recreo. Y que, encima, ellos llenaran vuestras mesas de papeles o cogieran vuestros lápices para trabajar. Qué injusto sería, porque la clase es de todos y para todos, ¿no?
Algo parecido está pasando en el planeta Tierra. Solo unos pocos disfrutamos y gastamos la mayor parte de los recursos naturales que corresponden a TODOS. Y además somos los que más estropeamos y contaminamos la Tierra con nuestros hábitos y con la enorme cantidad de basura que producimos.
¡Hay que cambiar de rumbo! Con las “tres R” podemos empezar a cuidarla y a hacerla sostenible para todos.
Ponle imaginación, generosidad, ganas y... ¡adelante!
Fuente: Revista Gesto.