Desde que en 1994, Juan Pablo II inauguró el primer Encuentro Mundial de las Familias, esta "fiesta de la Iglesia Universal" no ha dejado de crecer. Este año la cita es en Dublín, Irlanda del 22 al 26 de agosto y contará con la presencia del Papa Francisco.
«El bien de la familia es decisivo para el futuro del mundo y de la Iglesia. Son incontables los análisis que se han hecho sobre el matrimonio y la familia, sobre sus dificultades y desafíos actuales.
Es sano prestar atención a la realidad concreta, porque las exigencias y llamadas del Espíritu Santo resuenan también en los acontecimientos mismos de la historia».
Así comienza el segundo capítulo de la Exhortación Apostólica del Papa Francisco "Amoris Laetitia", publicada el 8 de abril de 2016 y que pronfundiza sobre el amor en la familia: base fundamental para cualquier sistema social y uno de los pilares esenciales de la Iglesia, la cual desde sus orígenes, ha promovido el fortalecimiento del vínculo familiar.
CELEBRAR LA FAMILIA
Siendo consciente de los profundos cambios sociales experimentados en todo el mundo en las últimas décadas, la Iglesia se ha centrado en proteger la estructura familiar y fomentar la evangelización dentro de las familias, considerándolas como "Iglesias domésticas" en donde el mensaje del Evangelio cobra un pleno sentido práctico, en la convivencia diaria de sus miembros.
Y para reforzar el valor de esta "célula social indispensable", nació el Encuentro Mundial de las Familias: una reunión a nivel internacional, con una periodicidad de tres años, convocada por el Pontificio Consejo para la Familia, con el fin de compartir, rezar y reflexionar sobre la importancia del núcleo familiar, así como debatir acerca de sus desafíos actuales.
Se trata en definitiva, de un acontecimiento gozoso y enriquecedor para adultos, jóvenes y niños, que ayuda a crecer en la fe y en el amor. También es una oportunidad para reunir fuerzas para proseguir juntos "el viaje de la vida", no siempre fácil teniendo en cuenta las múltiples dificultades a las que se enfrentan las sociedades de nuestro tiempo.
JUAN PABLO II, EL PAPA DE LAS FAMILIAS
De la mano de San Juan Pablo II surgieron estos Encuentros Mundiales de las Familias, quien inauguró el primero en el año 1994 proclamando: «En la familia se fragua el futuro de la Humanidad».
El Papa Wojtyła tenía la fiel convicción de que el mundo "no puede avanzar si la familia, (primera escuela de la vida del hombre), está enferma".
También recordaba sin cansancio, "que es en la familia donde cada persona se realiza y santifica por medio del don y de la comunión".
Durante los 25 años de su Pontificado, escribió numerosas catequesis y enseñanzas dedicadas a la familia. Destacan especialmente su Exhortación Apostólica Familiaris Consortio, la encíclica Evangelium Vitae, varias escritos, como su Carta a las familias de 1994, así como su trabajo sobre la teología del cuerpo y la sexualidad.
Además creó el Consejo Pontificio para la Familia, el Instituto Juan Pablo II para la Familia, llevó a cabo el primer sínodo sobre la familia, y tuvo la extraordinaria idea de poner en marcha los encuentros mundiales de las familias. Por toda esta contribución, Juan Pablo II es recordado como el "Papa de las familias".
BENEDICTO XVI, LA FAMILIA ES PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD
Por otro lado, su sucesor, el Papa emérito Benedicto XVI, también profundizó sobre la importancia de la familia a lo largo de su Pontificado, dedicando a esta temática enriquecedores discursos, homilías y catequesis.
“La familia, fundada en el matrimonio, constituye un patrimonio de la humanidad, una institución social fundamental; es la célula vital y el pilar de la sociedad y esto afecta tanto a creyentes como a no creyentes", explicó Benedicto en un discurso el 13 de mayo de 2006, destacando que por lo tanto, "es indispensable y urgente que todo hombre de buena voluntad se esfuerce por salvar y promover los valores y exigencias de la familia".
LA FAMILIA EN TIEMPOS MODERNOS
En cada nueva etapa social, la Iglesia renueva su compromiso en la defensa de los valores familiares y este es uno de los objetivos primordiales de los encuentros de familias a nivel global: hablar de la institución familiar y su situación en los tiempos que corren.
Este año la cita es en Dublín, Irlanda, bajo el lema “El Evangelio de la familia, alegría para el mundo” y contará con la presencia del Papa Francisco, quien asegura que las familias "son un auténtico tesoro pero que no deben ser tratadas como piezas de museo", sino como instrumentos para concretar la capacidad de darse, el compromiso recíproco y la apertura generosa a los demás, así como el servicio a la sociedad. (Cat. 1 de junio de 2017).
Una gesto total de entrega que, tal como subraya el Santo Padre en Amoris Laetitia, "permite experimentar la belleza y la alegría del amor”.
Fuente: Artículo de Sofía Lobos, Ciudad del Vaticano