Monición de entrada
El pan y el vino de la Eucaristía tienen también otro nombre: Viático. Así designamos la última comida eucarística que el cristiano recibe para cubrir la última etapa del camino de su vida: el paso de este mundo al Padre. Pero toda comunión eucarística es viático: alimento compartido por quienes tienen que caminar juntos.
Acto penitencial
Porque no hemos caído en cuenta de tu presencia en medio de nosotros: Señor, ten piedad
Porque no hemos valorado el pan que tú nos das: Cristo, ten piedad
Porque hemos pretendido unirnos a ti, sin entrar en comunión con los demás: Señor, ten piedad
Oración colecta
Dios todopoderoso y eterno, a quien podemos llamar Padre, aumenta en nuestros corazones el espíritu filial, para que merezcamos alcanzar la herencia prometida. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lectura del primer libro de los Reyes. 1 Re 19, 4-8
EN aquellos días, Elías anduvo por el desierto una jornada de camino, hasta que, entándose bajo una retama, imploró la muerte diciendo: «¡Ya es demasiado, Señor! ¡Toma mi vida, pues no soy mejor que mis padres!». Se recostó y quedó dormido bajo la retama, pero un ángel lo tocó y dijo: «Levántate y come». Miró alrededor y a su cabecera había una torta cocida sobre piedras calientes y un jarro de agua. Comió, bebió y volvió a recostarse. El ángel del Señor volvió por segunda vez, lo tocó y de nuevo dijo: «Levántate y come, pues el camino que te queda es muy largo». Elías se levantó, comió, bebió y, con la fuerza de aquella comida, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios. Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 33, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R/.: 9a)
V/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor.
V/. Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca;
mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
V/. Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre.
Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
V/. Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará.
El afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
V/. El ángel del Señor acampa en torno a quienes lo temen y los protege.
Gustad y ved qué bueno, es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Efesios. Ef 4, 30—5, 2
HERMANOS: No entristezcáis al Espíritu Santo de Dios con que él os ha sellado para el día de la liberación final. Desterrad de vosotros la amargura, la ira, los enfados e insultos y toda maldad. Sed buenos, comprensivos, perdonándoos unos a otros como Dios os perdonó en Cristo. Sed imitadores de Dios, como hijos queridos, y vivid en el amor como Cristo os amó y se entregó por nosotros a Dios como oblación y víctima de suave olor. Palabra de Dios.
Aleluya Jn 6, 51
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo -dice el Señor-;
el que coma de este pan vivirá para siempre. R/.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Juan. Jn 6, 41-51
EN aquel tiempo, los judíos murmuraban de Jesús porque había dicho: «Yo soy el pan bajado del cielo», y decían: «¿No es este Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?». Jesús tomo la palabra y les dijo: «No critiquéis. Nadie puede venir a mí si no lo atrae el Padre que me ha enviado. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: “Serán todos discípulos de Dios”. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. No es que alguien haya visto al Padre, a no ser el que está junto a Dios: ese ha visto al Padre.
En verdad, en verdad os digo: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres comieron en el desierto el maná y murieron; este es el pan que baja del cielo, para que el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne por la vida del mundo». Palabra del Señor.
Oración de los fieles
Celebrante: Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha. Oremos confiadamente.
- Por la Iglesia, reunida en asambleas locales; para que sepa valorar la eucaristía, roguemos al Señor.
- Por los que tienen en sus manos el poder económico; para que comprendan que los bienes de la tierra son para todos los hombres y procuren una distribución más justa, roguemos al Señor.
- Por los enfermos en extrema gravedad; para que no se vean privados del alimento necesario en el paso de este mundo al Padre, roguemos al Señor.
- Por nosotros, aquí reunidos; para que realicemos en nuestra vida lo que la eucaristía significa,
roguemos al Señor.
Celebrante: Señor, Dios nuestro, tú que nos das el alimento necesario, Jesucristo, tu Hijo, el pan de vida, escucha nuestras súplicas y concédenos lo que te pedimos.
Por Jesucristo nuestro S.
Oración sobre las ofrendas
Acepta, Señor, los dones que le has dado a tu Iglesia para que pueda ofrecértelos, y transformarlos en sacramento de nuestra salvación.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Oración después de la comunión La comunión en tus sacramentos nos salve, Señor, y nos afiance en la luz de tu verdad.
Por Jesucristo nuestro Señor.