Educada en la corte, estuvo muy cerca de la reina Margarita, mujer de Guillermo rey de Sicilia e hijo de Roger.
Hastiada de lujos y de la vida mundana, Rosalía se retira a la vida ascética en el monte Pellegrino, que le había dado precisamente con esta finalidad de reina amiga, después de realizar algunas experiencias ascéticas en algún monasterio de la zona.
Allí, en la cueva de Quisquinia, sin ningún contacto con seres humanos, con valor viril, afronta luchas cotidianas con animales salvajes y demonios. Aquí era visitada con frecuencia por los ángeles, que la adornaban con coronas de rosas y flores olorosas, hasta ser coronada por el mimsmo Jesús.
Cuando comprendió que estaba para morir el 4 de Septiembre de 1160, recompuso su cuerpo en una losa sobre la que reposaba su cuerpo, en un hermosísimo sepulcro intocable. Los parlemitanos encontraron su cuerpo el día 15 de Julio de 1624, cuando el pueblo invocaba devotamente contra la peste africana, que diezmaba irremediablemente la ciudad. Ese día la peste empezó a remitir en Palermo.
Poco después de la Inventio del cuerpo se encontró, también en la cueva de Quisquinia, una inscripción latina, grabada sobre la piedra por la misma Rosalía. El Papa Urbano VIII la inscribió en el Martirologio romano.
"Yo Rosalía hija de Sinibaldo Señor de Quisquinia, de las Rosas por
el amor de mi Señor Jesucristo me determiné a vivir en esta cueva"
Festividad de nuestra patrona Santa Rosalía
- 4 SEPTIEMBRE, 19:00 Misa Solemne. Seguidamente procesión con la imagen por las calles de Sanxenxo.