“Cambia el mundo”.
En nuestro mundo podemos ver fácilmente cambios superficiales, que dejan las cosas como estaban, y otros que son “a peor”, porque derivan de acciones injustas y que atentan contra la dignidad del ser humano. Eso, si no suponemos, desde la indiferencia, que las cosas no pueden ser más que como son.
Frente a esto, los misioneros nos muestran que es posible un cambio “a mejor”, profundo y real.
Ellos pueden ser para todos, y en especial para los jóvenes, un referente de compromiso y esperanza; sus vidas constituyen la prueba palpable de que un corazón en el que ha entrado Dios
, con toda su novedad y creatividad, puede cambiar el mundo.Ellos pueden ser para todos, y en especial para los jóvenes, un referente de compromiso y esperanza; sus vidas constituyen la prueba palpable de que un corazón en el que ha entrado Dios
Monición de entrada
La Jornada Mundial de las Misiones, el Domund, que celebraremos el domingo próximo, nos invita a trabajar por “cambiar el mundo”. El Mensaje del Papa para esta Jornada indica que la misión es propia de corazones jóvenes que contribuyen “al crecimiento cultural y humano de tanta gente sedienta de Verdad”. Estamos, pues, invitados a llevar el Evangelio a todos los que no conocen a Dios. Si anunciamos la Buena Noticia y contribuimos a formar una sociedad más justa y más fraterna, el mundo cambiará. Pongamos nuestro pequeño grano de arena para que esto ocurra y Dios sea conocido en toda la Tierra. Hagámoslo unidos a los misioneros, a quienes tenemos muy presentes en nuestra celebración.
Acto Penitencial
Como no siempre hacemos las cosas bien, comenzamos reconociendo que somos pecadores y
pedimos perdón a Dios, a los hermanos (breve silencio):
- Por prescindir de Dios en muchos momentos importantes de nuestra vida. Señor, ten piedad
- Por no estar cerca de las personas, sobre todo aquellos que lo pasan mal. Cristo, ten piedad
- Por olvidar que tenemos que anunciar a Cristo a los demás y ser testigos de su amor. Señor, ten piedad
Oración colecta
TE pedimos, Señor, que tu gracia nos preceda y acompañe, y nos sostenga continuamente en las buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lectura del libro de la Sabiduría. Sab 7, 7 11
SUPLIQUÉ y me fue dada la prudencia, invoqué y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos y a su lado en nada tuve la riqueza. No la equiparé a la piedra más preciosa, porque todo el oro ante ella es un poco de arena y junto a ella la plata es como el barro. La quise más que a la salud y la belleza y la preferí a la misma luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, tiene en sus manos riquezas incontables.
Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 89, 12-13. 14-15. 16-17 (R/.: cf. 14)
V/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.
R/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.
V/. Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R/.
V/. Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas. R/.
V/. Que tus siervos vean tu acción, y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.
Lectura de la carta a los Hebreos. Heb 4, 12-13
HERMANOS: La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón. Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas. Palabra de Dios.
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