Domingo XXVIII del T. Ordinario B. “Junto a los jóvenes, llevemos el Evangelio a todos”

“Cambia el mundo”.
En nuestro mundo podemos ver fácilmente cambios superficiales, que dejan las cosas como estaban,  y otros que son “a peor”, porque derivan de acciones injustas y que atentan contra la dignidad del ser humano. Eso, si no suponemos, desde la indiferencia, que las cosas no pueden ser más que como son.
Frente a esto, los misioneros nos muestran que es posible un cambio “a mejor”, profundo y real.
Ellos pueden ser para todos, y en especial para los jóvenes, un referente de compromiso y esperanza; sus vidas constituyen la prueba palpable de que un corazón en el que ha entrado Dios
, con toda su novedad y creatividad, puede cambiar el mundo.

Monición de entrada
La Jornada Mundial de las Misiones, el Domund, que celebraremos el domingo próximo, nos invita a trabajar por “cambiar el mundo”. El Mensaje del Papa para esta Jornada indica que la misión es propia de corazones jóvenes que contribuyen “al crecimiento cultural y humano de tanta gente sedienta de Verdad”. Estamos, pues, invitados a llevar el Evangelio a todos los que no conocen a Dios. Si anunciamos la Buena Noticia y contribuimos a formar una sociedad más justa y más fraterna, el mundo cambiará. Pongamos nuestro pequeño grano de arena para que esto ocurra y Dios sea conocido en toda la Tierra. Hagámoslo unidos a los misioneros, a quienes tenemos muy presentes en nuestra celebración.

Acto Penitencial
Como no siempre hacemos las cosas bien, comenzamos reconociendo que somos pecadores y
pedimos perdón a Dios, a los hermanos (breve silencio):
- Por prescindir de Dios en muchos momentos importantes de nuestra vida. Señor, ten piedad
- Por no estar cerca de las personas, sobre todo aquellos que lo pasan mal. Cristo, ten piedad
- Por olvidar que tenemos que anunciar a Cristo a los demás y ser testigos de su amor. Señor, ten piedad

Oración colecta
TE pedimos, Señor, que tu gracia nos preceda y acompañe, y nos sostenga continuamente en las buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo.

Lectura del libro de la Sabiduría. Sab 7, 7 11

SUPLIQUÉ y me fue dada la prudencia, invoqué y vino a mí el espíritu de sabiduría. La preferí a cetros y tronos y a su lado en nada tuve la riqueza. No la equiparé a la piedra más preciosa, porque todo el oro ante ella es un poco de arena y junto a ella la plata es como el barro. La quise más que a la salud y la belleza y la preferí a la misma luz, porque su resplandor no tiene ocaso. Con ella me vinieron todos los bienes juntos, tiene en sus manos riquezas incontables.
Palabra de Dios.

Salmo responsorial Sal 89, 12-13. 14-15. 16-17 (R/.: cf. 14)
V/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.
R/. Sácianos de tu misericordia, Señor, y estaremos alegres.
V/. Enséñanos a calcular nuestros años, para que adquiramos un corazón sensato. Vuélvete, Señor, ¿hasta cuándo? Ten compasión de tus siervos. R/.
V/. Por la mañana sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría, por los días en que nos afligiste, por los años en que sufrimos desdichas. R/.
V/. Que tus siervos vean tu acción, y sus hijos tu gloria. Baje a nosotros la bondad del Señor y haga prósperas las obras de nuestras manos. Sí, haga prósperas las obras de nuestras manos. R/.

Lectura de la carta a los Hebreos. Heb 4, 12-13
HERMANOS: La palabra de Dios es viva y eficaz, más tajante que espada de doble filo; penetra hasta el punto donde se dividen alma y espíritu, coyunturas y tuétanos; juzga los deseos e intenciones del corazón. Nada se le oculta; todo está patente y descubierto a los ojos de aquel a quien hemos de rendir cuentas. Palabra de Dios. 

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Enlaces Parroquiales

Parroquia San Gines de Padriñan. Comunidad Parroquial.

"TRANSFORMANDO EL MUNDO HACIENDO IGLESIA"