II DOMINGO DE ADVIENTO
Enseguida se nota cuándo algo nos importa de verdad. Si es así, estamos dispuestos a poner de nuestra parte para facilitar las cosas, y procuramos eliminar obstáculos para que pueda ocurrir eso que deseamos.
Ahora Jesús quiere hacerse presente en nuestra vida. ¿Hay algo más importante o mejor?
Por eso, queremos prepararle el terreno —“allanar sus senderos”, como dice el Evangelio (Lc 3,4)— para que pueda llegar hasta nuestro corazón y llenarlo de alegría misionera.
Así que DECISIÓN y... ¡a prepararse!
ACOMPAÑANDO A MARÍA Y JOSÉ
María y José afrontaron con determinación las dificultades para hacer posible la llegada de Jesús: “En su corazón iban llenos de esperanza y de futuro por el niño que vendría; sus pasos, en cambio, iban cargados de las incertidumbres y peligros propios de aquellos que tienen que dejar su hogar. Y luego se tuvieron que enfrentar quizás a lo más difícil: llegar a Belén y experimentar que era una tierra que no los esperaba, una tierra en la que para ellos no había lugar”.
+Papa Francisco
REFLEXIÓN
Pienso en algún aspecto en el que necesite portarme mejor: en casa, con algún amigo, en el estudio... Hago propósito de mejorar y le pido ayuda a Jesús para conseguirlo.
COMPROMISO
¿Cómo puedo prepararme mejor para celebrar la Navidad? Elijo y llevo a cabo un “gesto” significativo que pueda animar o ayudar a otros a prepararse también.
ORACIÓN
“Pequeño Niño de Belén, te pedimos que tu ternura despierte nuestra sensibilidad”.
Fuente: OMP