El tiempo litúrgico de Cuaresma invita a todos los cristianos a la conversión. La Iglesia nos lo repite todos los años, aunque llevemos muchos en el seguimiento de Jesucristo. Y, además de repetirlo, nos pide que aprendamos del mismo Jesús que, durante cuarenta días, se dispuso para la misión de predicar el Reino de Dios que tenía encomendada.
Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu y allí se preparó con oración y ayuno. Estos dos aspectos de la vida cristiana, unidos a la caridad (la limosna), forman como un trípode de tres patas que sustenta toda conversión cristiana auténtica. Aun así, tal como lo recoge el Evangelio, se puede intuir que no fue suficiente preparación para la Humanidad de Cristo, que debía afrontar un dilatado recorrido hasta llegar a la muerte en la Cruz. Le faltaba una prueba fundamental: superar las tentaciones del demonio. Todos recordamos que fueron las tentaciones del demonio las que hicieron caer a Eva y Adán en el pecado original, raízde todos los pecados humanos. Por eso era necesario que como hombre que era, fuese tentado y superase la prueba que Adán no superó.
En el Evangelio se recogen tres tentaciones, sin cerrar la posibilidad de otras posteriores durante su vida La primera es la del alimento, una de los capítulos más necesarios para la vida Lo que le pedía el demonio es que usara su poder divino en beneficio propio: para procurarse pan. Pero el Hijo de Dios no había venido al mundo a alimentarse; cuando tenga que alimentar a miles de personas, multiplicará los panes, pero no lo hará para su propia satisfacción.
Después, el demonio solicita su ambición, esa ambición de poder que todos llevamos dentro.
Le promete la gloria sobre todos los reinos del mundo; solo tenía que adorar a satán, que se consideraba -desde el pecado- poseedor del mundo. Jesús le rechaza porque su Reino no es como los de esta tierra; el suyo es un Reino de amor y de paz, como recordamos en la fiesta anual de Cristo Rey.
Por último, le invita a arrojarse al vacío confiando en la providencia de Dios. Jesús lo rechaza igualmente porque el camino de la Redención, que Él había venido a instaurar, no es un itinerario de éxitos y aplausos, sino un recorrido silencioso de caridad y sacrificio, como demostraría más tarde en su Pasión y Muerte. ¿Quién de nosotros está libre de estas tres tentaciones? De un modo u otro, todos tenemos la inclinación a las riquezas materiales, al poder y al éxito humano. ¿Cómo debemos responder, cada uno, a estas sugerencias diabólicas?
Es evidente que Dios espera de nosotros lo mismo que hizo Jesús: rechazar todo lo que nos centre en el propio yo, y servir calladamente al prójimo con su misma caridad.
Fuente: PALABRA- Manuel Ordeig
Monicion de entrada
Hermanos, les damos una cordial bienvenida a la celebración de la Misa Dominical. El miércoles hemos comenzado ya esta ruta de la Cuaresma, camino hacia la Pascua. Durante estos domingos y la Semana Santa, seremos testigos del inmenso amor que Dios nos tiene, llamándonos a la conversión y arrepentimiento, para gozar de la Resurrección de Cristo.
Agradeciendo tanto amor, comenzamos sellando en la Eucaristía la alianza que el Padre nos ofrece en Jesús, y que iremos renovando a lo largo de toda la Cuaresma, siempre guiados por el Espiritu Santo. De pie, cantamos...
Acto penitencial
- Tú. que borras nuestras culpas: Señor, ten piedad. R/. Señor, ten piedad.
- Tú. que creas en nosotros un corazón puro: Cristo, ten piedad. R/. Cristo, ten piedad.
- Tú. que nos devuelves la alegría de la salvación: Señor, ten piedad. R/. Señor, ten piedad.
Oración colecta
DIOS todopoderoso, por medio de las prácticas anuales del sacramento cuaresmal concédenos progresaren el conocimiento del misterio de Cristo, y conseguir sus frutos con una conducta digna. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lectura del libro del Deuteronomio. Dt 26, 4-10
MOISÉS habló al pueblo, diciendo: «El sacerdote tomará de tu mano la cesta con las primicias de todos los frutos y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios. Entonces tomarás la palabra y dirás ante el Señor, tu Dios: “Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí como emigrante, con pocas personas, pero allí se convirtió en un pueblo grande, fuerte y numeroso. Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron una dura esclavitud. Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestros gritos, miró nuestra indefensión, nuestra angustia y nuestra opresión. El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y prodigios, y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel. Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me has dado”. Los pondrás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás en presencia del Señor, tu Dios». Palabra de Dios.
Salmo responsorial
Sal 90, 1-2. 10-11. 12-13. 14-15 (R/.: cf. 15b)
V/. Quédate conmigo, Señor, en la tribulación.
R/. Quédate conmigo, Señor, en la tribulación.
V/. Tú que habitas al amparo del Altísimo, que vives a la sombra del Omnipotente, di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío, Dios mío, confío en ti». R/.
V/. No se acercará la desgracia, ni la plaga llegará hasta tu tienda, porque a sus ángeles ha dado órdenes para que te guarden en tus caminos. R/.
V/. Te llevarán en sus palmas, para que tu pie no tropiece en la piedra; caminarás sobre áspides y víboras, pisotearás leones y dragones. R/.
V/. «Se puso junto a mí: lo libraré; lo protegeré porque conoce mi nombre; me invocará y lo escucharé. Con él estaré en la tribulación, lo defenderé, lo glorificaré». R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos. Rom 10, 8-13
HERMANOS:¿Qué dice la Escritura? «La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón». Se refiere a la palabra de la fe que anunciamos. Porque, si profesas con tus labios que Jesús es Señor, y crees con tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvo. Pues con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con los labios se profesa para alcanzar la salvación. Pues dice la Escritura: «Nadie que crea en él quedará confundido». Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan, pues «todo el que invoque el nombre del Señor será salvo».
Palabra de Dios.
Versículo antes del Evangelio Mt 4, 4b
No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Lucas. Lc 4, 1-13
EN a el tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y el Espíritu lo fue llevando durante cuarenta días por el desierto, mientras era tentado por el diablo. En todos aquellos días estuvo sin comer y, al final, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan». Jesús le contestó: «Está escrito: “No solo de pan vive el hombre”». Después, llevándole a lo alto, ¡el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: «Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me ha sido dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo». Respondiendo Jesús, le dijo: «Está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a él solo darás culto”». Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus ángeles acerca de ti, para que te cuiden”, y también: “Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece contra ninguna piedra”». Respondiendo Jesús, le dijo: «Está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”». Acabada toda tentación, el demonio se marchó hasta otra ocasión. Palabra del Señor