Escribe el Párroco: "ENHORABUENA COSTALEROS".

El Domingo 17, después del Viacrucis. la Cofradía de los Dolores; y el Jueves 22, sobre las 21:00 de la noche la Cofradía del Nazareno iniciaron su zafarrancho de combate. Es decir, iniciaron los preparativos de las procesiones penitenciales de Semana Santa.

La operación no es fácil. Primero los tronos se sacan de los hangares donde están guardados durante el año. Para ello hace falta un buen número de cargadores. Pues bien sacaron sus tronos y los depositaron en la plaza de la Iglesia.
A continuación, viene la operación limpieza. Sacar los embolsamientos en los que están guardados, y hacer una primera revisión de utensilios: los Varales. Cada uno debe encajar bien en su sitio, los de la derecha, los de la izquierda, y los del centro. Cada uno tiene su sitio y, aunque parece fácil no lo es y se tarda un rato en el acoplamiento. También se revisa las marcas por las que se descubre el sitio de cada uno.

Los Caballetes, donde se pone el trono para las distintas paradas que el trono realiza, se revisa su abrir y cerrar, si tienen las correspondientes cadenas bien puestas, etc.

También se revisa los mazicos de señales, que usan los capataces para dirigir a los cargadores.

Luego se realiza la operación medidas. Los cargadores son medidos por el capataz que va señalándoles lugar en una de los tres varales, adelante o atrás. Esta operación lleva su tiempo, hasta compaginar bien las mediadas de todos los cargadores. Cierto que algunos son veteranos y ya saben en qué varal y si adelante o atrás van colocados.

Hay que reconocer que estos primeros momentos, que suelen ser difíciles y duros, en esta ocasión, fueron más fáciles de lo que se esperaba.

A continuación, vienen las arengas. Los capataces arengan a los cargadores sobre el paso, la disciplina, las señales a obedecer, sobre el silencio necesario porque se trata de un acto de piedad y de fe y deben dar el mejor ejemplo, los distintos momentos de levantar, caminar, parar, doblar y los distintos pasos en el trayecto.

Terminadas las arengas los cargadores inician la primera levantada a la voz de los capataces. El trono se eleva y después de un instante de indecisión se asienta sobre los hombros experimentados de nuestros excelentes costaleros. 

Eran los primeros pasos y lo hicieron en silencio obedeciendo las ordenes con buena voluntad y disciplina, con belleza en el paso, con seguridad en los recortes, con estética en el movimiento y aire en el baile de la imagen.

Creo que se adviene una buena temporada de ensayos y preparativos con orden y concierto.
Enhorabuena cargadoras y cargadores. Si así fue el inicio, me atrevo a pronosticar seguro, que los demás ensayos, prácticas y realizaciones serán admirables. ¡Enhorabuena! Una vez más:
¡Enhorabuena!


+Mon. D. Samuel G. T.
Párroco de la Parroquia de San Ginés de Padriñan

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