Monición de entrada
El Señor nos convoca este domingo para celebrar el memorial de su Pasión, muerte y resurrección. Acudamos decididos a su llamada y pidamos que nuestra respuesta sea siempre un sí. Comencemos alegres esta celebración, porque nuestro Dios manifiesta su poder con el amor y el perdón.
Acto penitencial
- Tú, que no quieres la muerte del pecador, sino que se convierta y viva:
Señor, ten piedad. R/.
- Tú, que no has sido enviado a condenar al mundo, sino a salvarlo:
Cristo, ten piedad. R/.
- Tu que eres el camino de la vida para los que creen en ti. Señor, ten piedad. R/.
Colecta
OH, que manifiestas tu poder sobre todo con el perdón y la misericordia, aumenta en nosotros tu gracia, para que, aspirando a tus promesas, nos hagas participar de los bienes del cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lectura de la profecía de Ezequiel. Ez 18, 25-28
ESTO dice el Señor: “Insistís: “No es justo el proceder del Señor”. Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder? ¿No es más bien vuestro proceder el que es injusto? Cuando el inocente se aparta de su inocencia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él salva su propia vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá». Palabra de Dios.
Salmo responsorial. Sal 24, 4-5. 6-7. 8-9 (R/.: 6a)
V/. Recuerda, Señor, tu ternura.
R/. Recuerda, Señor, tu ternura.
V/. Señor, enséñame tus caminos, instrúyeme en tus sendas: haz que camine con lealtad; enséñame, porque tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. R/.
V/. Recuerda, Señor, que tu ternura y tu misericordia son eternas; no te acuerdes de los pecados ni de las maldades de mi juventud; acuérdate de mí con misericordia, por tu bondad, Señor. R/.
V/. El Señor es bueno y es recto, y enseña el camino a los pecadores; hace caminar a los humildes con rectitud, enseña su camino a los humildes. R/.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses.
HERMANOS: Si queréis darme el consuelo de Cristo y aliviarme con vuestro amor, si nos une el mismo Espíritu y tenéis entrañas compasivas, dadme esta gran alegría: manteneos unánimes y concordes con un mismo amor y un mismo sentir. No obréis por rivalidad ni por ostentación, considerando por la humildad a los demás superiores a vosotros. No os encerréis en vuestros intereses, sino buscad todos los intereses de los demás. Tened entre vosotros los sentimientos propios de Cristo Jesús. Palabra de Dios.
Aleluya Jn 10, 27
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Mis ovejas escuchan mi voz -dice el Señor-, y yo las conozco, y ellas me siguen. R/.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 21, 28-32
EN aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero». Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?». Contestaron: «El primero». Jesús les dijo: “En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis». Palabra del Señor.