Monición de entrada.
Acto penitencial
- Tú, que estás sentado a la derecha del Padre: Señor, ten piedad. R/.
- Tú, que de nuevo vendrás con gloria para juzgar a vivos y muertos:
Cristo, ten piedad. R/.
- Tu, cuyo reino no tendrá fin: Señor ten piedad. R/.
Oración colecta
CONCÉDENOS, Señor, Dios nuestro, alegrarnos siempre en tu servicio, porque en dedicarnos a ti, autor de todos los bienes, consiste la felicidad completa y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo.
Lectura del libro de los Proverbios. Pro 31, 10-13. 19-20. 30-31
UNA mujer fuerte, ¿Quién la hallará? Supera en valor a las perlas. Su marido se fía de ella, pues no le faltan riquezas. Le trae ganancias, no pérdidas, todos los días de su vida. Busca la lana y el lino y los trabaja con la destreza de sus manos. Aplica sus manos al huso, con sus dedos sostiene la rueca. Abre sus manos al necesitado y tiende sus brazos al pobre. Engañosa es la gracia, fugaz la hermosura; la que teme al Señor merece alabanza. Cantadle por el éxito de su trabajo, que sus obras la alaben en público. Palabra de Dios.
Salmo responsorial Sal 127, 1-2. 3. 4-5 (R.: cf: 1a)
V/. Dichosos los que temen al Señor.
R/. Dichosos los que temen al Señor.
V/. Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos.
Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R/.
V/. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa;
tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R/.
V/. Esta es la bendición del hombre que teme al Señor.
Que el Señor te bendiga desde Sion, que veas la prosperidad de Jerusalén
todos los días de tu vida. R/.
Lectura de la primera carta del apóstol san Pablo a los Tesalonicenses. 1 Tes 5, 1-6
EN lo referente al tiempo y a las circunstancias, hermanos, no necesitáis que os escriba, pues vosotros sabéis perfectamente que el Día del Señor llegará como un ladrón en la noche. Cuando estén diciendo: «paz y seguridad», entonces, de improviso, les sobrevendrá la ruina, como los dolores de parto a la que está encinta, y no podrán escapar. Pero vosotros, hermanos, no vivís en tinieblas, de forma que ese día os sorprenda como un ladrón; porque todos sois hijos de la luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Así, pues, no nos entreguemos al sueño como los demás, sino estemos en vela y vivamos sobriamente. Palabra de Dios.
Aleluya Jn 15, 4a. 5b
R/. Aleluya, aleluya, aleluya.
V/. Permaneced en mí, y yo en vosotros -dice el Señor-;
el que permanece en mí da fruto abundante. R/.
✠ Lectura del santo Evangelio según san Mateo. Mt 25, 14-15. 19-21
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «Un hombre, al irse de viaje, llamó a sus siervos y los dejó al cargo de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. Al cabo de mucho tiempo viene el señor de aquellos siervos y se pone a ajustar las cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: “Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco”. Su señor le dijo: “Bien, siervo bueno y fiel; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; entra en el gozo de tu señor”». Palabra del Señor