Monición de entrada
Queridos hermanos: les damos la más cordial bienvenida a la casa de Dios, para celebrar juntos esta Santa Eucaristía. En el Decimonoveno Domingo del Tiempo Ordinario, la liturgia nos invita a celebrar ahora con una alegría muy especial, porque Cristo se nos ofrece en su cuerpo y en su sangre para darnos vida eterna. El pan que hoy comeremos es el mismo cuerpo del Señor, por eso, unidos como un solo cuerpo, iniciamos esta Eucaristía.