La historia de Sanxenxo como lugar de veraneo comienza en la primera década del pasado siglo XX, por lo que ha sobrepasado los 100 años, y comenzó al descubrirse por casualidad en la isla de la Toja, antiguamente despoblada, unos lodos que tenían propiedades curativas y a partir de entonces comenzaron a usarse para las personas con fines terapéuticos.
Una vez confirmadas sus virtudes medicinales en el año 1903 se constituyó la sociedad Anónima La Toja y en 1905 la construcción del hotel balneario inaugurado en el 1907. Los primeros clientes en alojarse en él fueron gente de la aristocracia, políticos y escritores que a su paso por Sanxenxo, fueron viendo y admirando su paisaje, las tranquilas aguas en sus playas de blanca arena y con un suave clima, cualidades que ya habían sido divulgadas por escritores y poetas, como Emilia Pardo Bazán, Otero Pedrayo y Ramón Cabanillas, determinando que muchos de ellos optaran por escoger Sanxenxo para disfrutar de la temporada veraniega.