Acto penitencial: Demos gracias a Dios por su amor para con nosotros y para con la humanidad entera. Contemplando a María asunta al cielo, nos damos cuenta de la fuerza inagotable de este amor y reconocemos que sin él no podríamos hacer nada.
-Tú, el hijo de María, el Hijo de Dios: Señor ten piedad.
-Tú, el vencedor del pecado y de la muerte: Cristo ten piedad.
-Tú, que has hecho participar a María de tu victoria: Señor ten piedad.